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El gobierno federal está a punto de presentar la iniciativa de reforma financiera, al respecto BofA Merrill Lynch Global Research confía en que la reforma será presentada en los siguientes días con un amplio apoyo político.
Se suponía que la reforma iba a ser presentada en la semana del 22 de abril, sin embargo se retrasó, ya que dos de los tres principales partidos políticos del Pacto por México decidieron poner pausa a su participación en el mismo, ante denuncia al PRI por delitos electorales en el Estado de Veracruz. El presidente Peña Nieto pospuso la presentación de la reforma para traer a los partidos de vuelta a las mesas de negociación.
La reforma tiene dos componentes principales, el primero parece ser el incremento del rol de la banca de desarrollo – en particular, para incrementar el crédito a pequeñas y medianas empresas, el crédito para la infraestructura y para la investigación y el desarrollo, señala Carlos Capistrán, Economista en Jefe para México.
El segundo es la mejora en el marco legal para los bancos comerciales, en particular una revisión a las leyes que controlan cómo son ejecutadas las garantías del crédito, agregó.
En un discurso reciente a la comunidad bancaria, Luis Videgaray, secretario de Hacienda, dio ejemplos del potencial uso de la banca de desarrollo pueden ser utilizados potencialmente.
Uno de los ejemplos es una garantía de un banco de desarrollo (Nafin) subastada a bancos comerciales que dan crédito a empresas sin historial crediticio; esto es para incrementar la inclusión financiera y romper la actual segmentación en el mercado, indicó Capistrán.
Existe evidencia de que un determinante importante para el acceso al crédito es el haber tenido uno antes, lo que automáticamente excluye a las empresas que no tienen historial crediticio; de acuerdo con la secretaría de Hacienda, en un mes este programa ya ha ayudado a alrededor de 6,000 empresas, dijo Capistrán.
La profundidad del crédito es baja,
con bancos de desarrollo en calma
El crédito bancario como porcentaje del PIB es bajo en México, con los bancos comerciales financiando la mayor parte de éste; después la crisis del tequila, el crédito como porcentaje del PIB cayó a la mitad en menos de cinco años (cerca del 16% del PIB en 1999 desde 50% en 1995), recordó el analista.
Más tarde, la estabilidad macroeconómica durante la década de los 2000 permitió al crédito estabilizarse y reanudar una tendencia alcista gradual; sin embargo, gran parte de esta recuperación ha venido por parte de los bancos comerciales; los flujos de los bancos de desarrollo, de hecho, han estado moderándose a lo largo de los últimos 20 años.
Cuando se analiza el crédito concedido únicamente al sector privado, la contribución de los bancos de desarrollo es aún más pequeña; en la última década, el crédito de los bancos de desarrollo ha promediado en 3.9% del PIB, con 1.7% para el sector público, los estados y municipios, y sólo 1.5% para el sector privado, expuso Capistrán.
El crecimiento del crédito
para el sector privado se está moderando
Ante la crisis financiera de 2008-2009, los bancos comerciales redujeron el crédito para el sector privado; esta tendencia se hizo clara en el crédito al consumo y en los préstamos con tarjeta de crédito, en particular, insistió Capistrán.
Aunque el repunte en el crédito ha reflejado tasas de crecimiento real anual en el crédito total de alrededor del 10%, y a pesar del amplio espacio para un mayor crecimiento, el ritmo de préstamos de los bancos comerciales ha estado moderándose recientemente, añadió Capistrán.
En contraste, el crédito de los bancos de desarrollo tuvo un papel contracíclico durante la crisis, particularmente para las empresas privadas; durante este periodo, el crédito de los bancos de desarrollo creció a tasas por encima de 40%, y a tasas mayores a 70% para el crédito a empresas, expresó.
El crecimiento del crédito de los bancos de desarrollo para el sector de vivienda se ha mantenido estable y relativamente alto, por lo menos comparado con el crédito al consumo; sin embargo, esta fuente de financiamiento para la economía permanece en niveles muy bajos y ciertamente no ha sido un detonante para un mayor crédito, reconoció Capistrán.
Las pequeñas empresas no se apoyan
fuertemente en los bancos de desarrollo
Aunque el crédito de los bancos de desarrollo ha estado relativamente bajo, ha sido el principal motor ha sido el crédito a las empresas y a los intermediarios financieros no bancarios; sin embargo, para que el crédito de los bancos de desarrollo impulse el crecimiento, los préstamos necesitan ser direccionados a aquellos proyectos que crean más empleos, desde el punto de vista de Capistrán.
Se debe considerar que alrededor del 70% del total de empleos es creado por pequeñas y medianas empresas.
Desde nuestra perspectiva, agregó, el hecho de que las empresas no se apoyen fuertemente en los bancos (comerciales o de desarrollo) como una fuente de financiamiento, refleja que el vínculo entre las empresas y los bancos se quebró después la crisis del tequila.
De acuerdo con la encuesta del banco central sobre el financiamiento de las empresas, alrededor de 83.2% de éstas identifican a sus proveedores como una fuente de financiamiento, lejos de 36.2% de las empresas que identifican a los bancos comerciales y 4.8% que mencionan a los bancos de desarrollo.
Por tamaño de la empresa, el porcentaje de pequeñas empresas que confían en los bancos es aún menor, con 25.2% obteniendo crédito de bancos comerciales y 3.5% señalando a los bancos de desarrollo como una fuente de financiamiento.
Un incremento en el crédito
puede promover el crecimiento
Desde su punto de vista, el incremento del crédito para empresas y hogares puede crear un círculo virtuoso entre el crédito y el crecimiento económico en México, en particular dados los bajos niveles de financiamiento en la economía.
En teoría, un incremento en el crédito, usualmente lleva a un mayor crecimiento, siempre y cuando el crédito sea usado para inversiones, de ahí que facilitar el financiamiento para la inversión a las empresas es una de las acciones más importantes para promover el crecimiento, desde nuestro punto de vista, dijo.
La mayoría de los estudios existentes señala que los países con mejores bancos en funcionamiento crecen más rápido y que los sistemas financieros con mejor funcionamiento flexibilizan las restricciones de financiamiento externo que impiden la creación de empresas.
El aumento del crédito al consumo también puede incrementar el crecimiento durante un tiempo, por lo menos durante la transición de un bajo equilibrio de financiamiento hacia uno más normal.
La clave, advierte Capistrán, está en promover el crédito sin crear un gran desequilibrio fiscal o de los hogares, por ejemplo, mediante la reducción artificial de los costos crediticios.
En México, además de la baja relación entre el crédito y el PIB, una sólida posición fiscal, junto con una baja relación de la deuda y el PÏB, y un déficit cercano a cero (sin la inversión de Pemex) se pueden dar espacio para utilizar a los bancos de desarrollo para impulsar el crecimiento del crédito, desde su punto de vista.
Un sistema bancario bien capitalizado también proporciona tierra fértil para comenzar con una fase de incremento al crédito que puede sacar a México de un bajo equilibrio entre el crédito y el PIB, agregó Capistrán.
Para saber qué tan importante será el impulso que reciba la economía por parte de un crecimiento del crédito debido a las reformas financieras que se propongan, dependerá mayormente, desde nuestro su de vista, de la cantidad de recursos canalizados hacia los bancos de desarrollo.
Lo cierto es que el reto es enorme, ya que el casi duplicar el total del crédito de los bancos de desarrollo para el sector privado únicamente incrementará el crédito como porcentaje del PIB en 150 puntos base, advirtió Capistrán.