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Estados Unidos necesita un crecimiento del 4% en términos nominales para evitar la recesión; lo que sabemos es que cada vez que la economía estadounidense se ha encontrado en “este punto” ha entrado en recesión, señala el economista jefe de Saxo Bank, Steen Jakobsen.
Además, cada vez que se ha visto una caída parecida a la constatada a partir de los datos del primer trimestre sobre el PIB de EU a partir de los ingresos disponibles que se publicaron el viernes, el mercado de acciones estadounidense ha alcanzado el máximo, mientras la tasa de ahorro se encuentra ahora en el nivel más bajo desde el cuarto trimestre de 2007.
La “economía real” es mucho más débil de lo que sugieren los datos económicos subyacentes, además de estar sin lugar a dudas, más débil que las proyecciones de los datos obtenidos a partir de las encuestas.
La economía mundial está ante una desaceleración importante, incluso las economías que hasta ahora eran sólidas como Polonia, Sudáfrica, Rusia, Chile y la República Checa, agrega Jakobsen.
En la actualidad todas estas economías están enfrentando desafíos importantes para poder mantener sus proyecciones de crecimiento y muchas de ellas también están luchando contra una inflación relativamente alta.
El mundo atraviesa un momento interesante en el que las cotizaciones de los mercados bursátiles están totalmente desligadas de la realidad, ya que los valores bursátiles representan la salida “fácil y barata” para la asignación de activos.
Es preferible el exceso en la renta fija, puesto que se está ingresando en un período de deflación/desinflación a consecuencia de la trampa de la deuda en Europa y EU, a la que se suma la trampa de ingresos medios en mercados emergentes.
Aunque no está muy claro hacia dónde conduce esta situación a los valores bursátiles, sí se sabe que generará un aumento del déficit, una mayor emisión de obligaciones y dará lugar a experimentos económicos aún más arriesgados en donde los políticos harán un último intento por alargar y disimular.
El mercado está apostando a que tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo prolongarán sus experimentos en cuanto a política monetaria, estima el analista.
En tanto, el concepto de la Teoría Monetaria Moderna adquiere cada vez más fuerza a pesar de tratarse de una nueva versión de la conocida macroeconomía keynesiana básica, pero simplificando en exceso los desafíos que implica alcanzar el pleno empleo sin inflación, al ignorar los dilemas establecidos por el análisis de la curva de Phillips; los dilemas vinculados a la manutención de una estabilidad real y financiera del sector y los dilemas que confrontan las economías abiertas. (Fuente: Dinero, política fiscal y tasas de interés: Una crítica a la Teoría Monetaria Moderna, de Thomas I. Palley, enero 2013).
Únicamente rechazando las medidas macroeconómicas y deteniendo la intervención podrá recuperarse el equilibrio en el mercado, el empleo y los precios y no repitiendo las posturas del alargar y disimular, advierte Jakobsen.
Los directores ejecutivos y líderes comerciales mundiales están reteniendo las inversiones en sus propias empresas (recomprando sus propias acciones en lugar de invertir); sin embargo, en el ámbito privado están más que dispuestos a comprar las acciones de terceros.
Finalmente Jakobsen indica que se necesita que las cosas estén al revés, pero eso muestra cuán erróneamente están siendo interpretados últimamente los mercados financieros.