Innovación para crecer

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Empresas exportadorasDurante varias décadas, la Secretaría de Economía tuvo, de forma exclusiva, la responsabilidad de organizar los apoyos para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) del país. El Fondo PYME, donde se concentran los recursos del gobierno federal para apoyar a este sector, recibió severas críticas por algunas fallas en su operación. El fondo perdido y los apoyos a través de multinacionales fueron dos frentes de críticas para este instrumento. ¿En qué medida se apoyó el espíritu emprendedor a través del Fondo PYME? Las mediciones no son exactas.

Ese es el gran reto del nuevo Instituto Nacional del Emprendedor que preside Enrique Jacob Rocha, quien en una entrevista con la revista Fortuna, Negocios y Finanzas confirmó que las nuevas reglas de operación de este organismo y del Fondo PYME buscan dejar a un lado la discrecionalidad para exacerbar la rendición de cuentas.

Parece sencillo; sin embargo, la aplicación de recursos del Instituto Nacional del Emprendedor tendrá que cumplir tres objetivos: a) remontar el apoyo a sectores tradicionales como el de servicios para incrementar la innovación en segmentos de alta tecnología; b) impulsar el desarrollo regional en coordinación con gobiernos estatales y municipales para catapultar polos de desarrollo; y c) alcanzar modelos sustentables de vinculación con el sector académico.

Se tiene programado, por lo tanto, la depuración de la Red Nacional de Incubadoras e incrementar el apoyo para proyectos relacionados con alta tecnología. Modelos como el de Israel o India que, con políticas públicas, convirtieron a sectores estratégicos en punta de lanza de la economía, son referencia para las actividades del Instituto Nacional de Emprendedor. El plan estratégico del nuevo organismo busca utilizar los recursos públicos como una especie de capital semilla para que los emprendedores tengan acceso a instrumentos financieros de intermediarios como afianzadoras, arrendadoras o empresas de factoraje.

Además se busca que las compras de gobierno de paraestatales como Petróleos Mexicanos (Pemex) también impulsen a los emprendedores. La transferencia de la tecnología deberá convertirse en acciones contundentes para el crecimiento de empresas mexicanas. Son muchas las metas del Instituto y pocos los recursos, dice su presidente, Enrique Jacob Rocha. Entidades como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y Nacional Financiera cuentan ya con un historial de casos de éxito que han recibido el apoyo de organismos privados como Endeavor. El reto será la transparencia para evitar que empresas sin vocación innovadora se vean beneficiadas con recursos públicos. Faltan, sin embargo, criterios realistas sobre la situación de los empresarios mexicanos que han aprendido a sobrevivir y a crecer sin capital de trabajo, apoyos fiscales o créditos para buscar procesos de innovación.

Este Instituto, que asumirá las funciones de la Subsecretaría para la Pequeña y Mediana Empresa, apoyará a los emprendedores que toman riesgos y buscan que su negocio crezca mediante procesos de innovación sin importar el giro, pero que tienen la vocación de hacer las cosas distintas y obtener un mejor resultado con su producto ganando mercado.

Jacob Rocha destaca las líneas estratégicas del Instituto Nacional del Emprendedor como el impulso al emprendimiento de alto impacto, que tiene capacidad de crecer, brinda una sólida contribución a la economía y tiene un impacto social relevante, así como el apoyo para acelerar el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas para hacerlas productivas y competitivas.

El reto no es sencillo y el programa es ambicioso, al pretender convertir a México en una potencia emprendedora, sin embargo no es inalcanzable si se parte de la base que los recursos lleguen a sus destinatarios, para que los innovadores logren verdaderamente insertarse en las cadenas exportadoras y sean referente en los mercados internacionales.

En México existe el potencial humano y los recursos para escalar en el emprendimiento sólo hace falta apuntalar los esfuerzos aislados e impulsar su capacidad innovadora.