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Los inversionistas enfocados en materias primas fijarán su atención en que aparezcan para 2013 mejores oportunidades que durante 2012, cuando los beneficios de inversiones pasivas exclusivamente a largo plazo derivaron sobre todo de los cereales y, en cierta medida, del sector de los metales preciosos.
Para que eso ocurra, señala el equipo de estrategia de Saxo Bank, es necesario un repunte en la actividad económica mundial y, aunque prevemos que la economía estadounidense nos sorprenda para bien y China mejore, las continuas preocupaciones sobre la Eurozona serán una carga para el mercado.
No obstante, cualquier repunte en la demanda debería ir acompañado de un aumento de la oferta, sobre todo en el caso de materias primas cíclicas como los metales industriales y la energía, donde las nuevas técnicas de producción (aceite de pizarra estadounidense) y una mayor capacidad de extracción deberían calmar los temores a posibles crisis de suministro.
Puesto que no se espera un repunte excesivo de la actividad global, agrega el banco electrónico, nuestra tendencia consiste en centrarnos en las materias primas con una oferta reducida o limitada. Además, la atención debe estar puesta en aquéllas que prosperan en un entorno de amplia liquidez.
Esas materias primas, entre las cuales se encuentran los metales preciosos y cosechas de cereales clave como el maíz y la soya, deberían seguir mostrando resultados positivos en 2013. Mientras tanto, el café debería volver a terrenos normales después de vivir en 2012 su mayor caída desde 1986.
El petróleo reconstruye su la capacidad de almacenamiento
El comportamiento del mercado del crudo en 2013 será con toda probabilidad una repetición de lo observado durante la segunda mitad de 2012. La naturaleza de la cotización tendencial del mercado hará que el crudo Brent siga siendo en apariencia incapaz de alejarse demasiado de los 111 dólares por barril, el precio medio de los dos últimos años.
Las diversas interrupciones del suministro en 2012 se unieron al aumento de producción en Arabia Saudita. Ello junto con un incremento continuo de la producción petrolífera estadounidense que tuvo un crecimiento récord de 766,000 barriles por día hasta alcanzar su máximo nivel en 15 años.
Esto ayudó a mantener el mercado relativamente estable. Por su parte, Irak ha recuperado la estabilidad y gracias a eso la producción ha aumentado en 650,000 barriles/día hasta los 3.3 millones barriles/día. Se pronostica una producción aún mayor durante los próximos años.
Las interrupciones en el suministro continuarán en 2013, lo que sumado a los riesgos asociados al mercado, debería evitar que el precio del crudo Brent ceda por debajo de los 100 dólares por barril.
En este escenario, lo que más anhelan consumidores y productores es la estabilidad. Por ello, la capacidad de estos últimos para reaccionar ante cualquier interrupción pequeña o mediana del suministro en lugares como Siria, Yemen, Sudán del Sur, Nigeria y posiblemente Venezuela seguirá siendo clave en 2013.
La estabilidad solo se puede alcanzar reconstruyendo una base de capacidad de almacenamiento, algo que en este momento está sobre todo en manos de Arabia Saudita, pero que en 2012 ha tenido que soportar cierta presión al incrementarse la producción para compensar la pérdida de petróleo embargado de Irán.
El crecimiento de la demanda en 2013, que se espera provenga solo de países no miembros de la OCDE, debería compensarse con un aumento similar de la producción externa a la OPEP. Considerando la generalizada incertidumbre en torno al crecimiento global y la creciente disponibilidad de petróleo, los analistas de Saxo Bank creen que el mercado será capaz de continuar con su normalización.
Esto llevará finalmente a Arabia Saudita a limitar la producción, aumentando así el sustento de capacidad de almacenamiento, lo que situará al mercado global en una posición mucho más favorable para capear cualquier volatilidad futura, dicen.
Prevén que el precio del petróleo Brent cotice principalmente en un rango lateral durante el primer trimestre, con la mayoría, si no toda la actividad, centrada en el canal lateral de 105 y 115 dólares, pero con el mayor riesgo inclinado a la baja. Una escalada en la tensión acerca de los planes nucleares de Irán es casi lo único que podría estropear este escenario.
El oro y la plata en busca de un impulso
Los metales preciosos, en particular el oro y la plata, vivieron una cierta presión de venta propia de finales de año como resultado de las ganancias de inversionistas apalancados tras el duodécimo año consecutivo con rentabilidad positiva. Este comportamiento visto en diciembre de 2012 fue una repetición del patrón observado a igual periodo de 2011, aunque en menor medida.
Las ventas provocaron cierta incertidumbre respecto de las perspectivas para los metales preciosos en 2013, en particular, si se tiene en cuenta que el debilitamiento del dólar y la última ronda de relajación cuantitativa en los EU no significaron dificultad alguna.
Sin embargo, se espera que el interés a principios de 2013 se sitúe de nuevo en el aumento del balance puesto en marcha por los bancos centrales de la Eurozona, Japón y Estados Unidos, junto con otros que podrían unirse a lo largo del año.
El mayor riesgo que está gestando este aumento continuado podría derivar de unos resultados mejores de los esperados de la economía estadounidense, que podrían llevar al empleo a crecer y superar las expectativas, adelantando así la reducción de la relajación cuantitativa indefinida.
No obstante, la ausencia de una solución clara para las negociaciones presupuestarias en los EU es garantía de un conflicto continuado durante los próximos meses, lo que a su vez podría tener consecuencias negativas para la principal economía global y asegurar así que las tasas sigan bajas.
Mientras tanto, los inversionistas en oro a través de productos cotizados en mercados de valores, siguieron acumulando durante el cuarto trimestre a pesar de la falta de rentabilidad en materia de precios. Esta imagen contrasta con la de los inversionistas apalancados en futuros que redujeron sus posiciones largas netas en casi 10 millones de onzas, quedándose con un margen amplio para volver a entrar cuando la situación técnica sea más favorable.
De ahí que, desde la perspectiva de Saxo Bank, los bancos centrales constituirán otra fuente de soporte en 2013, sobre todo en economías de mercados emergentes, ya que seguramente continuarán actuando como compradores netos, en concreto en aquellos momentos en que los precios del oro disminuyan.
En el mercado de la plata, pese a su mayor volatilidad, ha registrado unos resultados similares a los del oro y continuará haciéndolo. El ratio entre los dos metales se ha mantenido en un rango entre 51 y 55 veces, con ratios más altos (peor rendimiento relativo de la plata) durante las correcciones. Para que la plata sea capaz de destacar y romper por debajo de 51, haría falta un repunte de la demanda industrial o bien un movimiento decisivo del oro por encima de la resistencia crítica de 1,800 dólares por onza.
Durante el primer trimestre, los flujos de inversión seguirán siendo el factor de soporte principal para ambos metales, pero no se espera que el movimiento esperado por encima de los 1,800 dólares por onza en el oro se produzca hasta más avanzado el año, con una previsión de media de 1,740 dólares por onza para el primer trimestre.
Nuestro objetivo, agregan los especialistas, de alzas para 2013 se mantiene en los 2,075 dólares por onza, pero somos conscientes de los riesgos que alberga el oro al haberse convertido en una negociación tanto emocional como de relajación cuantitativa continuada. Por esto, una mayor debilidad de los precios hará que sea una negociación dolorosa a medida que se vaya minando la confianza de muchas posiciones largas con poca resistencia.
Tanto el platino como el paladio encontrarán soporte gracias a una prima de riesgo ligada a la industria minera sudafricana que parece garantizada tras los problemas de huelgas y violencia que protagonizaron 2012.
Estos acontecimientos desplazaron el centro de atención de una situación de escasez de demanda hacia la preocupación por las interrupciones de suministro. Las cosas seguirán igual en 2013, siendo el paladio el principal beneficiado a medida que se ingrese en un déficit estructural derivado de una perspectiva de demanda estable y de una reducción del suministro proveniente de Rusia y Sudáfrica, señalaron.
Los mercados de cereales esperan impacientes la primavera
Una prolongada sequía como la que sufrió el hemisferio norte el verano pasado será el temor principal durante los próximos meses. La producción agrícola se vio muy afectada por esa sequía en 2012 y no ha conseguido recuperarse de los de por si bajos niveles de existencias. Durante el invierno, se han observado algunos síntomas de racionamiento de la demanda tanto para alimentación como para exportaciones, lo que ha contribuido a mitigar parte de la presión sobre los precios acumulados en el tercer trimestre de 2012.
Las cosechas de maíz y soya de 2013/14 cotizan con descuentos del 14% y del 8% respectivamente, en comparación con los precios actuales en base a la aparición de unas condiciones meteorológicas más normales. No obstante, el clima sigue siendo un riesgo y, hasta que en algún momento se conozcan los niveles de producción, parece improbable una nueva depreciación en la cotización debido a las expectativas positivas en materia de producción que ya se dejan sentir.
Con arreglo a los niveles de reservas de las cosechas clave que se analizaron, en lo que respecta a su importancia en términos de riesgo de alza de precios, consideraron que la soya se sitúa a la cabeza, seguida del maíz y por último, del trigo.