Expertos piden una política clara en telecomunicaciones

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Personalidades del sector de telecomunicaciones como Raúl Trejo Delarbre, Gabriel Sosa Plata, Fernando Butler y Aleida Calleja presentaron una carta abierta dirigida al presidente electo, Enrique Peña Nieto, donde advierten que la industria carece de políticas públicas con objetivos, líneas de acción y estrategias precisas, resultado de la falta de liderazgo, planeación estratégica y visión de Estado.

De igual forma fundamentan la creación de una Comisión Nacional de Banda Ancha y TI para acabar con rezagos y atraer inversiones frescas al sector.

En el desplegado distribuido en publicaciones especializadas, se afirma que en el pasado reciente se mantuvo un clima de confrontación y un populismo en materia de regulación de las telecomunicaciones.

Este ambiente –dan cuenta los firmantes- desató conflictos, judicialización y mediatización del sector; incertidumbre jurídica, discriminación de usuarios y un crecimiento limitado de la actividad.

Hoy, México no lidera ningún servicio de telecomunicaciones (telefonía fija, móvil, banda ancha y televisión restringida) en América Latina y las metas que se plantearon en 2007 no se cumplieron en su totalidad al final del periodo, de acuerdo con cifras oficiales.

En penetración de telefonía móvil, por ejemplo, México sólo supera a países como Puerto Rico, Bolivia, Nicaragua y Cuba.

Lo anterior a pesar de que la industria petrolera, el sector de las telecomunicaciones realiza uno de los mayores aportes a la economía nacional y el PIB, de 3.11 por ciento en marzo de 2012.

Aunque relevante, esta contribución dista de ser la deseable respecto de experiencias en otras naciones como el Reino Unido, donde participa con el 5.7 por ciento.

En el Índice de Desarrollo de Tecnologías de la Información y la Comunicación, publicado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el estancamiento de México es evidente, pues en 2008 ocupó el lugar 78 y en la más reciente edición de 2011 ocupó la posición 79.

Tal situación se atribuye a la ausencia de políticas públicas que busquen acelerar la digitalización, la creatividad y la innovación.

Las telecomunicaciones a nivel mundial constituyen un conjunto de tecnologías asociadas y convergentes que permiten la igualdad social. Por primera vez en la historia, la tecnología y los servicios de telecomunicaciones pueden estar al alcance de todos, constituyéndose en herramientas e insumos que reduzcan las brechas actualmente existentes: sociales, económicas, políticas, culturales y de servicios digitales.

En el caso de México -un importante productor de contenidos y de expresiones culturales locales- permite una mayor difusión de nuestra identidad, fomentar el desarrollo y generar negocios a través del uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y su alcance global.

“Debido a estos pendientes y desafíos llamamos al presidente electo Enrique Peña Nieto, a través de las facultades que le otorga la ley, a crear un organismo temporal denominado Comisión Nacional de Banda Ancha y TIC, encargado de coordinar, fomentar, socializar, divulgar e implementar políticas públicas en materia de banda ancha a través del uso, apropiación y alfabetización en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones”, plantea.

Una de las primeras funciones de este organismo será la de crear e instrumentar una Agenda Digital que incluya telecomunicaciones, TICs, contenidos y capacitación de los usuarios, con un calendario y objetivos medibles y calificables por sus resultados, además de un presupuesto asignado por el Congreso de la Unión, la cual se sujetará a la nueva normatividad en materia de transparencia y rendición de cuentas.

Esta Comisión Nacional de Banda Ancha y TIC deberá tener carácter temporal y estar sujeta a un régimen estricto de rendición de cuentas, por lo que sus objetivos deben ser precisos, medibles, evaluables y sujetos al escrutinio público, evaluada por sus resultados.

Además, su creación no debe fomentar una nueva burocracia ni anquilosar sus procedimientos y atribuciones y, por el contrario, debe saber responder a los desafíos de inversión, dinamismo e innovación propios de las telecomunicaciones.