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Por más de una hora Juan José Suarez Coppel, director general de Pemex, intentó explicar el procedimiento seguido y su “apego a la normatividad” en la firma de un contrato con dos astilleros de Galicia para la construcción de 14 remolcadores, convenio que ha sido utilizado con propósitos de reelección por parte de Alberto Núñez Feijóo, como presidente de la Xunta de la nación gallega.
De poco valió anunciar inversiones por 600 millones de dólares en la más importante renovación de la flota naviera de la paraestatal en las últimas décadas, que involucra la incorporación de más de 130 embarcaciones en los organismos subsidiarios.
Acompañado de Ignacio Quesada Morales y José Manuel Carrera, director Corporativo de Finanzas y de PMI, respectivamente, Suárez Coppel expuso los contenidos y dejo a sus acompañantes los detalles. Pero los tres lograron segmentar la información de tal manera que parezca que alguna parte de la realidad no salga a flote.
Entre los fragmentos dispersos del rompecabezas fueron apareciendo las piezas que empezaron a dar sentido. Pemex no tiene ningún contrato con los astilleros gallegas. Pemex está analizando el mercado para la renovación de su flota. PMI International celebró un contrato para la adquisición de embarcaciones con Galicia. No se ha empezado la construcción. La compra sólo podrán hacerla los organismos subsidiarios de Pemex. El contrato firmado contiene cláusulas de salida que comprometen a Galicia a ser la mejor opción de compra. El contrato no se ha presentado al Consejo de Administración porque no es el momento. Existe un muy buen entendimiento con el gobierno de Galicia.
En suma, no hay contrato y si hay contrato. Mientras tanto, la prensa española mantiene en espacios sobresalientes la campaña reeleccionista del conservador Núñez Feijóo y su promesa de que habrá empleo para gallegos gracias al contrato firmado con Pemex. Tema estratégico para la debilitada economía del país ibérico.
Pero no todos han comprado el discurso del conservador, el corresponsal de La Jornada lo detalla: “los sindicatos y la oposición política son cautos y en ocasiones críticos con un acuerdo que, según ellos, está exagerado en las cifras y tiene un alto nivel de oscurantismo, al exigirles a los trabajadores de los astilleros contratados que firmen una cláusula de confidencialidad en la que se comprometen a no dar ni un detalle del contrato”.
Entonces, hay contrato. Está firmado por PMI con los astilleros de Galicia. “PMI participará en un proceso competitivo en el que Pemex Exploración y Producción (PEP) elegirá la propuesta más solvente”. Y no hay contrato porque el proceso competitivo por parte de PEP no se ha iniciado, no hay ganador y el Consejo no lo ha aprobado. Pero además, el contrato, contiene condiciones suspensivas, que consisten “en que sea la mejor opción para PEP”.
Para Galicia el contrato con PMI es como una bocanada de esperanza, luego de haberse quedado fuera de una oleada de contratos realizados en el mundo para la construcción de embarcaciones para la industria petrolera, en la que los ganadores fueron los astilleros noruegos, holandeses, italianos, turcos o indios, como lo documentó La Voz de Galicia.
Aun así, los astilleros gallegos tienen opciones a partir de los acuerdos con PMI. La prensa ha dado a conocer las expectativas de Núñez Feijóo, para quien la ronda de encuentros con representantes de la empresa mexicana “servirán para establecer alianzas estratégicas entre los astilleros de México y Galicia. En las próximas semanas serán los astilleros gallegos los que acudan a conocer las diferentes instalaciones navales mexicanas para terminar de establecer los acuerdos de cooperación.
En las páginas de El Faro de Vigo también se pudo leer al respecto que: «”Se trata de que cada astillero gallego busque su partner en México. Es decir, empresas de tamaño similar y que se dediquen al mismo segmento de construcción naval”, afirman desde el sector.»