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La percepción de una buena reputación tiene una incidencia directa en los resultados financieros positivos de una compañía y representa la garantía de un crecimiento sostenible a largo plazo, según analistas corporativos que dieron a conocer las 10 empresas con mejor reputación en México.
Al presentar el informe de RepTrak Pulse México 2012, Alberto Hurtado, director general de Inmark México, indicó que los datos obtenidos en su estudio permiten considerar la buena reputación como “un escudo protector frente a ataques comerciales de la competencia”.
”Para tener éxito en la economía de la reputación, las empresas tienen que reconocer que a mejor reputación, mayor valor económico de una compañía y, por tanto, garantía de su crecimiento sostenible a largo plazo”, aseveró Hurtado.
El estudio de las consultoras Reputation Institute e Inmark México concluyó que por cada cinco puntos que una empresa incrementa su reputación, aumenta 7.3% el número de personas que recomienda sus productos o servicios y 6.7% el de personas que habla positivamente de ella.
Este informe determinó que las 10 empresas con mejor reputación en México son: Palacio de Hierro, Televisa, Sabritas, Grupo Bimbo, Coca Cola, Lala, Waltmart, Danone, Burger King y McDonalds.
El análisis se realizó entre enero y marzo de este año para determinar la reputación de las 72 empresas más importantes que operan en México.
Para establecer un estándar internacional, las instituciones que elaboraron el reporte consideran siete elementos para determinar la reputación corporativa, y a partir de los cuales los grupos de interés construyen su percepción de la “buena” o “mala” reputación de una empresa: oferta de productos y servicios, innovación, entorno de trabajo, integridad, ciudadanía, liderazgo y resultados financieros.
En México, las dimensiones que más contribuyen a una buena reputación, es decir a la percepción de la estima, la admiración, el respeto y la confianza que una empresa despierta en sus grupos de interés, son por orden de relevancia: oferta de productos y servicios, innovación e integridad.
Los expertos explicaron que estas tres dimensiones no difieren en lo sustancial de los elementos clave de la reputación corporativa a nivel global, según los datos del estudio 2012 Global RepTrak 100, realizado por Reputation Institute en 15 países, entre ellos México.
Fernando Prado, director de Reputation Institute para España y Latinoamérica, afirmó que “la economía de la reputación en que vivimos está definiendo un nuevo paradigma de gestión empresarial en el que los comportamientos favorables de los grupos de interés hacia una empresa, ya sea en forma de comprar sus productos, invertir o trabajar en ella, no dependen tanto de lo que ésta hace como de lo que ésta es”.
“Lo verdaderamente importante para los grupos de interés en esta economía de la reputación no es sólo la calidad de los productos y servicios de una empresa, sino también, y sobre todo, la capacidad de la empresa para satisfacer las expectativas de estos grupos de interés y generar valor para cada uno de ellos”, agregó.
Según Reputation Institute, sólo 40% de los factores que motivan la adquisición de un producto o servicio tiene una relación directa con la opinión que se tiene de sus cualidades. El 60% restante de la decisión de compra proviene de las percepciones que el comprador tiene de la empresa que lo desarrolla.
“Esto significa que en la economía de la reputación, para retener a los clientes y lograr su fidelidad en el tiempo, es más importante quiénes somos y no únicamente lo que hacemos”, señaló Prado.
El porcentaje de personas que está dispuesto a recomendar, confiar o decir algo positivo de cualquiera de las diez empresas con mejor reputación de México, multiplica por 18 veces el de quienes no lo haría (60.5% y 3.4% de media, respectivamente).Por el contrario, en el caso de las diez empresas con peor reputación, este porcentaje apenas es el doble (31.6% y 17.2%, respectivamente).
Reputation Institute e Inmark México advirtieron sobre la necesidad de que las empresas tengan una hoja de ruta para asegurar que integran la reputación en su estrategia corporativa y proponen cinco etapas: tienen que definir sus métricas de reputación; vincularlas con las métricas del negocio; incorporar la reputación en los planes de negocio; la reputación debe configurarse como un indicador de rendimiento clave (KPI) e implementarse a nivel multifuncional; y la reputación debe integrarse en la estrategia de la empresa y sus operaciones.
“Nuestros datos a nivel global confirman que 87% de las empresas se encuentran en alguna de las tres primeras etapas, pero la evolución hacia las dos superiores es muy rápida en la economía de la reputación”, aseguró Prado.