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El conglomerado mexicano Alfa completó la adquisición de la proveedora de piezas de fundición para componentes automotrices JL French, que anunció en abril pasado, por la cantidad de 215 millones de dólares.
Esta adquisición beneficia a Nemak, una de las divisiones de Alfa y uno de los principales catalizadores de la industria automotriz, indicaron analistas de Accival Casa de Bolsa Banamex.
Además, dijeron, “coloca a Nemak en una posición sólida en los negocios de motores y chasis de aluminio, lo que la acerca a las armadoras y aumenta su potencial de mayor rentabilidad en el futuro”.
Alfa tiene varias divisiones de negocios independientes: Nemak, productor de bloques y cabezas de aluminio para motores de gasolina y diesel; Alpek, compañía petroquímica; Sigma, que produce alimentos refrigerados y congelados, así como lácteos y procesa carnes; Alestra, compañía de telecomunicaciones; y Newpek, que explora y desarrolla yacimientos de gas de esquisto en el sur de Estados Unidos.
Tiene operaciones de manufactura en 16 países y exporta a más de 45 países, entre ellos Austria, Brasil, Canadá, China, Alemania y Estados Unidos.
Mientras que JL French es una proveedora de piezas de fundición de aluminio de alta presión para la fabricación de componentes automotrices, principalmente partes de transmisión, con sede en Wisconsin, Estados Unidos, y con operaciones en España y China. En 2011 generó ingresos por 500 millones de dólares.
La compañía Ford tiene una participación de 6.8% en Nemak y los ex “tres grandes” automotrices de Detroit representan el 58% de sus ventas: Ford USA 34%, Ford Europe <10%, GM 16% y Chrysler 8%.
Los analistas destacaron el optimismo en el sector automovilístico de Estados Unidos y México, “la industria está experimentado una mejora en la demanda local, sobre todo por el lado de las exportaciones con las armadoras transfiriendo la producción a países como México. La adquisición de JL French posiciona a Nemak para obtener ganancias de rentabilidad aún mayores a largo plazo”.
Aunque advirtieron sobre la posibilidad de que se registre un menor crecimiento del esperado en la demanda de autos, principalmente en Estados Unidos; o por el contrario, ocurrieran más adquisiciones, sobre todo en países europeos en desarrollo, y una recuperación mayor de la esperada de la producción mundial de automóviles.