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El panorama después de la Cumbre del G20 es de incertidumbre debido al plazo fijado entre cinco y seis meses para aplicar las medidas con las que se pretende resolver la crisis financiera internacional, aseguraron académicos de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
Los líderes de las economías más importantes del mundo, reunidos en la pasada Cumbre del Grupo de los 20 (G20), acordaron aumentar los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 456 mil millones de dólares para contrarrestar los efectos de la crisis económica, además de fortalecer el sistema financiero internacional.
También acordaron luchar contra la corrupción, así como respaldar a la eurozona para consolidar la integración económica y monetaria, y evitar medidas proteccionistas al comercio global hasta 2014, entre otras acciones.
“Es necesario esperar en el transcurso de los próximos seis meses los efectos de las acciones pactadas en la Cumbre del G20, orientadas a paliar la crisis financiera de la Unión Europea. De continuar más allá de noviembre, significará la implantación de medidas más drásticas”, advirtieron integrantes del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Plantearon las posibles repercusiones de la crisis en la Unión Europea en la economía de los mexicanos, como el encarecimiento de productos importados de esa región, como pan, medicamentos, autopartes, libros, ropa y calzado, entre otros.
Los especialistas del CAM, integrado por Luis Lozano, David Lozano Tovar, Jaime Vázquez y David Moctezuma, señalaron que la crisis de la zona euro afectaría también la economía mexicana por la disminución de las exportaciones y pérdida de empleos.
“De persistir los problemas de solvencia en la eurozona, se limitará el intercambio económico entre México y esa región, lo que podría impactar a entre 500 y 600 mil familias españolas y 120 mil mexicanas de manera directa, dependientes del vínculo comercial entre ambas naciones”, explicaron los expertos.
También pronosticaron un aumento en el costo de los servicios que prestan instituciones bancarias con sede en Europa. “La próxima semana, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) fijará su tasa de interés, que se proyecta a la alza, lo que elevará el costo del crédito para la eurozona e incidirá en la paridad peso-dólar”.
Además en Estados Unidos persiste el temor “de un salto de la crisis financiera al sector productivo, efecto que retrasaría su salida de la recesión que padece”, explicaron.
“México requiere que la eurozona recupere su estabilidad, porque un gran número de sus empresas tienen filiales en nuestro país. De continuar la inestabilidad, estas firmas se verían obligadas a cerrar, lo que significaría la pérdida de fuentes de empleo”, alertaron.
Debido a los vínculos comerciales con España, que tiene problemas de cartera vencida, podría haber repercusiones directas en la economía mexicana. En territorio mexicano existen entre 600 y 700 negocios españoles en los ramos de la construcción, el alimenticio, el bancario, el farmacéutico, el manufacturero, y de la industria del vestido, entre otros.
Respecto a los servicios bancarios, las instituciones españolas “plantean nuevas comisiones a los usuarios para solventar su falta de recursos. Al carecer de respaldo financiero, los créditos se elevan, se cobran porcentajes mayores por el manejo de tarjetas o cuentas, y se reestructura la plantilla laboral”, refirieron.
Los especialistas recomiendan la utilización prudente y cuidadosa de las tarjetas bancarias y de los préstamos, revisar el cobro de comisiones bancarias y los precios de los productos que consumen para cuidar la economía familiar.