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México, atractivo minero mundial, rebasa las inversiones internacionales cada año. Sus activos generan casi 14 mil millones de dólares anualmente para las grandes compañías nacionales y extranjeras, pero las ganancias para el país apenas superan 1%, con concesiones en una cuarta parte del territorio nacional.
Símbolo de “desarrollo centenario” en México, el sector minero supera las expectativas económicas de inversionistas. Con casi 14 mil millones de dólares, como valor de producción, rebasa las cifras del sector turístico en el país y se coloca a la delantera de este último, que ocupaba el segundo lugar de importancia en la generación de recursos.
No obstante, las cifras millonarias que deja el sector a sus compañías, el cobro por concesiones mineras que hace el gobierno federal a grandes empresas nacionales y extranjeras es pírrico. Apenas en marzo pasado, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) dictaminó que el cobro es “simbólico”, pues de los 552 mil millones de pesos obtenidos entre 2005 y 2010, pagaron al país “derechos” por seis mil 500 millones. Es decir, sólo ingresó al erario el 1.18%.
A ello se suma que los cálculos elaborados con padrones de la Dirección General de Minas, dependiente de la Secretaría de Economía, revelan que más de la cuarta parte del país está concesionada a trasnacionales, encargadas de explorar y explotar oro y plata, principalmente. Éstas tienen derechos sobre 51 millones 994 mil 312.7 hectáreas, otorgadas en los gobiernos panistas de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.
Transnacionales canadienses son las principales beneficiarias. Como en la época de la Colonia, la explotación del oro y la plata es el principal objetivo de las empresas extranjeras, indican documentos de la Secretaría de Economía, que encabeza Bruno Ferrari García de Alba.
Bonanza minera
El Informe anual 2011. Industria minera, sinónimo de crecimiento, de la Cámara Minera de México (Camimex), indica que en 2010 el valor de la producción ascendió a 13 mil 900 millones de dólares, aproximadamente 176 mil 113 millones de pesos (de acuerdo con el tipo de cambio al 28 de marzo de 2012, que es de 12.67 pesos).
La Camimex reporta que por tercer año consecutivo la minería se encuentra entre los sectores más importantes. Supera en dos mil 25 millones de dólares al turismo, que en años anteriores ocupaba el segundo lugar con 11 mil 875 millones de dólares y antecedido por la producción de Petróleos Mexicanos.
Datos de la Cámara Minera, presidida por Manuel Francisco Luévanos Sánchez, indican que 2010 fue un año en el que nuevas compañías se adhirieron al mercado.
En ese año se dio la apertura de ocho unidades mineras “entre las que destacan la entrada en producción comercial en enero, de la mina de oro Soledad–Dipolos, en Sonora, y Peñasquito, en Zacatecas, que en septiembre inició la producción comercial de oro, plata, zinc y plomo, operaciones que contribuirán a mantener la primera posición mundial de producción de plata para el país, y esta última que incrementará en 50% la producción anual de zinc.
“Asimismo, la empresa Mexichem inició en marzo, actividades en su mina de azufre en Jáltipan, Veracruz. Para julio, Gold Resources Inc comenzó la producción en la mina de oro y plata El Águila, en Oaxaca. En el último cuatrimestre del año, la mina Santa Elena, en Sonora, inició la producción de oro y plata, y Agnico Eagle fundió su primera barra doré, proveniente de la mina Crestón Mascota, en Chihuahua”, indica el informe anual 2011 de la Camimex.
Oro, principal objetivo
El reporte de la organización minera demuestra que el oro se ha convertido en el principal objetivo de inversión a nivel mundial. En 2010, por segundo año consecutivo, América Latina volvió a ser la región más atractiva en exploración, al recibir 27% del monto total.
México avanzó dos posiciones al colocarse en el cuarto destino más atractivo en el mundo y el primero en Latinoamérica para las inversiones de exploración minera, superado únicamente por Canadá, Australia y Estados Unidos.
De acuerdo con el Metals Economics Group, México atrajo 6% de la inversión mundial, lo que equivale a 641 millones de dólares. Del total de capital de riesgo invertido en exploración, 51% se orienta a la búsqueda de yacimientos de oro y sólo 33% a la exploración de metales base.
La predilección por el oro se mantiene desde 2003, debido al constante incremento del precio internacional. Sin embargo, durante 2010 la plata resultó ser más rentable que el metal precioso. La cotización promedio del oro anual se incrementó 25.9%, entre 2009 y 2010, mientras que el precio de la plata creció 37.6%, en ese periodo. La empresa canadiense Goldcorp Inc se consolidó como la mayor productora de ese metal noble en México, indica la Camimex.
Cuotas simbólicas
En México, las compañías dedicadas a la extracción de minerales no pagan al gobierno por el valor de los recursos extraídos, sino por hectárea concesionada. Las cuotas estipuladas van de 5 a 111 pesos semestrales, por cada hectárea.
Esta situación ha motivado iniciativas para reformar la Ley Federal de Derechos, que establece los montos de cobranza. Sin embargo, éstas permanecen en la congeladora de la Cámara de Diputados.
El informe de la ASF, correspondiente al ejercicio fiscal 2010, precisa que los pagos por explotación y exploración de minas son “simbólicos” y “contrastan” con el valor de los recursos extraídos del territorio nacional.
En el último año de gobierno de Vicente Fox (periodo analizado en la Cuenta Pública 2010) y en cuatro años de la administración calderonista, sólo se aportó poco más del 1% de los beneficios obtenidos por las compañías.
La Auditoría Superior de la Federación, cuyo titular es Juan Manuel Portal, indica que el valor de la producción en ese lustro ascendió a 552 mil 422 millones 429 mil 300 pesos, y el de los derechos cobrados a seis mil 543 millones 417 mil 400, los cuales equivalieron a 1.2% de la producción.
Canadienses acaparan al sector
Los dos últimos informes elaborados por la Dirección General de Minas de la Secretaría de Economía revelan que empresas de origen canadiense son las que acaparan las concesiones para la exploración, explotación y producción en minas mexicanas.
Los reportes oficiales revelan que en 2010 se encontraban en México 187 compañías de origen canadiense en la búsqueda de oro y plata (este último metal precioso ha colocado al país en el primer lugar de producción a nivel mundial). Secundan firmas estadounidenses en la búsqueda de la riqueza minera; seguidas por las originarias de Australia, Reino Unido, India, Japón, Corea, Luxemburgo, Perú y Chile.
El año pasado, la Secretaría de Economía indicó que existían 293 empresas con capital extranjero operando en México, ”las cuales manejan un portafolio de 808 proyectos en total” (esto durante el periodo fiscal 2011).
Del total de empresas con capital extranjero que operan en el país, 213 tienen sus oficinas centrales en Canadá; 45, en Estados Unidos; ocho, en la República Popular China; cinco, en Australia; cuatro, en Inglaterra; al igual que en Japón y Corea del Sur; y dos, en India y Perú. Y una en Luxemburgo, Chile, Italia, Bélgica, España y Holanda, respectivamente, indican las estadísticas sobre exploración minera, octubre de 2011.
Mario Di Costanzo Armenta, integrante de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados, opina que el “acaparamiento de las concesiones mineras en manos de trasnacionales es una absoluta pérdida de soberanía. Además de que no cumplen con las condiciones mínimas para que sus mineros desempeñen sus trabajos”.
El diputado priísta Guillermo Raúl Ruiz de Teresa, integrante de la Comisión de Economía, opina que no hay que “satanizar” a las transnacionales que han obtenido concesiones. “No hay que decir que son un demonio las empresas extranjeras; lo que debemos de tener es un esquema de regulación que permita que empresas extranjeras o mexicanas cumplan con todos los requisitos.
“Tenemos que preocuparnos por establecer los márgenes en los que se puedan manejar las empresas, no se trata de hacernos víctimas porque son extranjeros. Lo que debemos de hacer como diputados es modificar la ley que permite esto. Si cualquier empresa, mexicana o extranjera, se aprovecha de los empleados, no paga los suficientes impuestos, hace un uso mayor del que puede hacer de la mina a la que tiene derecho, el gobierno federal tendrá que actuar en contra de ello, pero no por su nacionalidad, sino porque cumplan o no con las leyes mexicanas”.