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El 87% de las líneas telefónicas móviles en México son de prepago, por lo que el mercado de recargas en el país en 2011 ascendió a 125 mil 320 millones de pesos o nueve mil 640 millones de dólares, según un estudio de la consultora The Competitive Intelligence Unit (CIU).
Ernesto Piedras, CEO y director general de CIU, dio a conocer que en el territorio mexicano existen casi 84 millones de líneas de prepago y 2.9 millones de líneas que tienen planes mixtos, es decir, que cuentan con contrato, pero emplean la recarga cuando se les acaba el crédito.
Refirió que ocho de cada 10 usuarios destinan menos de 300 pesos al mes en servicios móviles. Casi una tercera parte gasta menos de 100 pesos, una tercera parte gasta entre 101 y 200 pesos; 16% gasta entre 201 y 300 pesos; y sólo 7% gasta más de 500 pesos al mes.
Los usuarios con mayor poder adquisitivo y preferencia por las nuevas tecnologías están entre los denominados “adultos contemporáneos”, en el rango de 31 a 50 años, que tienen mayor predisposición a los planes de contrato, mientras que los jóvenes entre 16 y 20 años son más propensos a buscar planes de prepago, debido a que cuentan con menor presupuesto.
Casi la mitad de los usuarios de Nivel Socioeconómico (NSE) A/B tienen un contrato y 86% de los consumidores de NSE D/E tienen línea en prepago.
Por género, 27% de los hombres tienen planes de contrato, mientras que sólo 19% de las mujeres.
En términos del monto de la recarga, casi la mitad de los ususarios recarga 50 pesos o menos; 8 de cada 10 van por 101 o más, según sus necesidades de consumo. Sólo uno de cada 100 realiza recargas por arriba de 300 pesos, ya que estos elevados niveles de consumo corresponden más bien a planes de contrato con renta mensual.
En cuanto a la frecuencia de las recargas, una tercera parte de los usuarios las realiza al menos una vez a la semana, otra tercera parte tarda entre dos y tres semanas; el resto tarda un mes o más en recargar su saldo.
La recarga electrónica es la más utilizada, pues representa la mitad de los usuarios, seguida de las fichas o tarjetas prepagadas, empleadas por 40% de los usuarios, mientras que el cajero automático apenas es aprovechado por 5% de los clientes de telefonía móvil.