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Brasil y México siguen entrampados en las cuotas de importación de automóviles que el país sudamericano pretende que sean por tres años, incluso con prórroga, y que la parte mexicana estaría dispuesta a aceptar siempre y cuando sea de una sola vez para luego volver al libre comercio.
Asimismo, ambos países superaron la amenaza de denuncia (cancelación) del Acuerdo de Complementación Económica 55 (ACE 55) con que amagaron los brasileños por llevar a cabo el próximo lunes 19 de marzo y llegaron a un preacuerdo.
“Por supuesto, le damos prioridad al libre comercio tres años después que esta transición ocurra, y por supuesto privilegiamos el hecho que el ACE 55 ha generado inversiones y empleos en los dos países”, declaró Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), a su salida de la Secretaría de Economía la noche del miércoles.
Subrayó que los gobiernos de las dos economías más grandes de América Latina siguen negociando. “Estamos trabajando de la mano con el gobierno y la negociación continúa. No hay nada todavía”, acotó Solís quien calificó de “compleja” la presente negociación.
Se están revisando los números y las propuestas en donde los integrantes de los cuartos de junto estarán atentos al curso que sigan dichas negociaciones. “Nosotros (la industria) estamos trabajando de la mano con ellos”, pues dejó en claro que es una negociación entre gobiernos y no entre industrias.
El presidente de la AMIA insistió en que la prioridad para la industria automotriz mexicana es el libre comercio de tres años después que esta transición ocurra.
El miércoles los representantes de ambas delegaciones mantuvieron un primer encuentro de tres horas, que estuvieron encabezadas por el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Fernando Pimentel; el ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota; y el vicecanciller de América del Sur, Central y del Caribe, Antonio Simões.
Por parte de México participaron: el secretario de Economía, Bruno Ferrari García de Alba; la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa Cantellano; el subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Francisco de Rosenzweig Mendialdua; y el director ejecutivo de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Rogelio Granguillhome Morfín.
A media tarde del miércoles se sucedían versiones encontradas, pues mientras voceros del gobierno mexicano afirmaban que el encuentro se acabó, representantes del sector privado de ambos países aseguran lo contrario: Roberto Sergeiu, de la industria brasileña, se dijo “animado” por la forma en que se ha llevado adelante este primer encuentro (a nivel técnico); y Eduardo Solís de la AMIA dijo escuetamente “esto continúa”.
Las autoridades brasileñas proponen modificar las condiciones de acceso de vehículos previstas en el ACE 55. En particular, las propuestas contemplan el establecimiento de cupos para el comercio de vehículos ligeros, adelantar la apertura de vehículos pesados e incrementar el contenido regional en vehículos ligeros.
Bruno Ferrarí en rueda de prensa durante una gira por Querétaro declaró el miércoles que se había llegado a un preacuerdo: no denunciar el ACE 55 y que México acepta homologar las reglas de origen (contenido nacional) para la parte mexicana, que actualmente es de 30% y cuya propuesta brasileña es subir a 45% en tres años.