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México insistió en seguir negociando las cláusulas de cuotas, reglas de origen y comercio de vehículos pesados con Brasil, que están establecidas en el acuerdo comercial que ambos países firmaron en 2002.
Con lo que el gobierno mexicano rechaza el ultimátum formulado por Brasil para revisar un acuerdo automotor bilateral, y considera que las nuevas demandas del país sudamericano equivalen a un intento por poner fin al tratado, dijo el viernes una fuente del gobierno mexicano a medios internacionales.
La postura de México hace recordar a los legisladores estadounidenses cuando negociaban el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que afirmaban “quedamos como quedamos”, en referencia a que lo pactado permanecía a la hora de negociar otros sectores y fracciones arancelarias (productos).
El desencuentro comercial que protagonizan Brasil y México, como producto del superávit comercial (apenas mil 170 millones de dólares) se inició en febrero pasado cuando en Brasil se difundió que el gobierno de Dilma Rousseff aplicaría aranceles a las importaciones de automóviles provenientes de México.
La fuente agregó que el gobierno mexicano quiere seguir renegociando las cláusulas de cuotas, reglas de origen y comercio de vehículos pesados contempladas en el acuerdo de libre comercio, pero no acepta que su socio haya fijado el viernes como plazo perentorio para acordar los términos de la revisión, dijo la fuente.
Brasil, que amenazó en febrero con romper el convenio ACE-55, respondió a México una carta el jueves en la que pone sus condiciones para la negociación y fijó el 9 de marzo como fecha tope, pero no dejó claro si estaría dispuesto a negociar posteriormente.
Pero el gobierno mexicano indicó que su país quiere hacer reuniones cara a cara para definir los puntos y no hacerlo a través de cartas. “Esto de tener un matrimonio por correo o negociar por carta es muy poco convencional”, dijo la fuente.
Calificó como “muy ambicioso” por parte de Brasil pedir una reducción de las exportaciones de autos mexicanos desde las 147 mil unidades de 2011 a 65 mil unidades, lo que representa llevar el flujo comercial desde dos mil 400 millones de dólares el año pasado a mil 400 millones.
Igualmente vio como inalcanzable la meta de llevar las llamadas reglas de origen, que hacen referencia al contenido regional en las unidades vendidas, desde el actual 30% a 35% en el primer año, como pide Brasil, para luego ir creciendo hasta 45% en cuatro años.