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Luz María de la Mora S.
Directora de la consultoría LMMConsulting, Profesora del CIDE y Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI)
2011 concluyó con una buena noticia para el fortalecimiento de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y del sistema multilateral de comercio en su conjunto al concretarse el ingreso de Rusia a dicha organización.
Después de 18 años de negociación, el 16 de diciembre pasado ese país finalmente firmó su protocolo de adhesión que, una vez aprobado por su parlamento –la Duma– se convertirá en el miembro 154.
Para México el ingreso de Rusia a la OMC resulta de la mayor trascendencia, dada la importancia que tiene el comercio internacional como uno de los motores del crecimiento nacional por varias razones.
Primero, a nivel de política comercial, el ingreso de Rusia -9º actor en el intercambio mundial, (7º exportador y 12º importador considerando a la Unión Europea como un actor) y la 11a economía del mundo- a la OMC la fortalece y contribuye a consolidar el conjunto de reglas y Acuerdos que la componen.
Pascal Lamy, Director General de la OMC señaló en su momento que “sólo cuando se aceptara a Rusia, la organización sería realmente global.”
Segundo, como miembro del G20 el acceso de ese país a la OMC da mayor fuerza a los compromisos asumidos en materia comercial en el seno de dicho Grupo que busca ofrecer alternativas para fortalecer a la economía mundial. Tercero, al asumir Rusia los principios, las reglas y disciplinas de la OMC, sus socios comerciales se benefician de una mayor transparencia y predictibilidad en el desarrollo de sus negocios con ese país.
Por último pero no menor, la membresía de Rusia a la OMC fortalece la credibilidad de la organización que ha resultado erosionada por la falta de avances en la Ronda Doha.
Desde el punto de vista del comercio exterior de México, el acceso de Rusia a la OMC es una excelente oportunidad de ver a ese país como un socio comercial con mayor potencial para incrementar las ventas mexicanas al exterior en mercados hasta ahora poco explorados.
Rusia es el 9º país más poblado del mundo con 143 millones de consumidores con un PIB per cápita de US$10,500, ligeramente mayor al de México. Pero aunque ambos países son líderes comerciales y económicos, su relación comercial hasta ahora ha sido marginal y distante no sólo por la geografía sino por el desconocimiento mutuo de sus respectivos mercados.
Ello se refleja en el lugar que Rusia ocupa como socio comercial de México: Rusia es el socio 30° con un intercambio que apenas llega a representar 0.25% del comercio de México con el mundo (cerca de 1,800 millones de dólares en 2011) y 0.13% de sus exportaciones.
Si bien la economía rusa no se abrirá de un día para otro pues la reducción de sus aranceles se pactó en un periodo de 8 años, membresía rusa a la OMC abre a México una nueva vía para ampliar sus mercados de exportación.
Primero, la reducción de aranceles pactada así como la claridad en las condiciones de acceso para los productos y servicios mexicanos creará mejores condiciones para impulsar las ventas hacia ese mercado. Hoy la oferta exportable mexicana hacia Rusia está muy acotada a productos como autos, carne bovina, tequila, cerveza y juguetes.
Segundo, México podrá incrementar sus exportaciones agropecuarias de productos tales como pollo, productos del mar, miel y productos apícolas, lácteos así como productos enlatados, embutidos y otros productos cárnicos, una vez que se logre el reconocimiento sanitario por parte de las autoridades rusas.
Tercero, como parte del ingreso de Rusia a la OMC, México ha tenido la oportunidad de negociar el reconocimiento de las Denominaciones de Origen del Tequila y Mezcal, lo que se espera contribuya a impulsar las exportaciones de estos productos a ese mercado. }
En este mismo sentido, en agosto pasado se firmó un Memorandum de Entendimiento para garantizar la correcta administración, protección y uso de los derechos de propiedad industrial entre ambos países. Por su parte, México ha reconocido a Rusia el estatus de economía de mercado de acuerdo con lo establecido en la Ley de Comercio Exterior y su Reglamento para temas vinculados con casos de prácticas desleales de comercio.
El mercado ruso también puede ser una oportunidad para el inversionista mexicano. Por ejemplo, en 2010 GRUMA productora de harina de maíz y tortillas se estableció en Rusia para vender frituras de maíz y salsas. Otras empresas mexicanas que ya se han globalizado tendrían que estar explorando cómo acceder a ese mercado.
México y Rusia comparten un sitio en el G20 y en el Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico (APEC) donde colaboran en discusiones como la reconfiguración financiera y económica global.
Más allá de las coincidencias multilaterales, el acceso de ese país a la OMC resulta una excelente oportunidad para que México se acerque de manera decidida a una de las economías de mayor tamaño, con buen potencial de crecimiento y de la que hasta ahora se conoce poco.
Esta es la ocasión para empezar a explorar de manera decidida y con visión de futuro nuevos mercados para las exportaciones mexicanas. México puede buscar fortalecer su presencia en la economía global buscando opciones con nuevos socios como Rusia cuya membresía en el sistema multilateral de comercio abre nuevos caminos para el comercio exterior de México.