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Carlos Alberto Bazán-Canabal*
Mi pasión por comunicar viene del duro aprendizaje que he tenido en estos más de 15 años en que he sido empleado, emprendedor y empresario. Mucho se aprende estudiando, pero mucho más en el día a día enfrentándose a infinidad de situaciones que deben atenderse con decisiones que en ocasiones son muy difíciles.
El emprendimiento, la creación de una nueva empresa y su vigilancia durante sus diferentes etapas de vida no se lleva por manual. No hay una receta mágica para sobresalir en el mundo de los negocios ni para asegurar el éxito empresarial. Lo he dicho muchas veces, hay factores internos que pueden llegarse a controlar, pero hay factores externos que pueden escapar. El objetivo de la columna Alternativo no es inventar el hilo negro y venderlo cual charlatán. La idea y el objetivo es plantear temas de reflexión para el emprendedor en torno a las cualidades y elementos que debe tener y, en general, las acciones de planeación y gestión a llevar a cabo para poder sortear y sobrevivir a factores internos y externos, imprevisibles en algunas ocasiones.
Como parte de estos temas de reflexión, ya en una columna anterior platiqué acerca de la red personal de contactos y cómo contribuye a fortalecer la estructura de una empresa; es más, en la vida en general una buena red de personas cercanas puede representar la diferencia entre el éxito o el fracaso. Ahora bien, para complementar ese texto, tocaré un tema similar: el prestigio. Y es simple. Explico: cuando empecé mi primer negocio yo no conocía a nadie y peor aún, tampoco me conocían.
Mi trayectoria corta para algunos, muy larga para los que apenas empiezan me ha enseñado que más allá de esa muy importante red hay que sobresalir, sobre todo por el hecho de que cuando uno destaca de entre los demás las oportunidades se presentan con mayor frecuencia y es en extremo sencillo aprovecharlas. A esto le llamo yo el prestigio.
El prestigio es lo más importante que podemos tener. Finalmente es lo único que nos llevaremos cuando dejemos este mundo. Manejar el prestigio con inteligencia seguramente redituará: cuando nadie te conoce te es muy difícil lograr la credibilidad de los demás. Sin credibilidad cerrar una venta, un nuevo negocio o convencer a un potencial socio o aliado estratégico de hacer algo es labor titánica. Si no tengo atrás de mí una trayectoria que me respalde, no tengo entonces ninguna historia de éxito que contar.
Cuando mi desempeño es alto, cuando tengo varios éxitos, cuando puedo hablar con conocimiento de causa y con ejemplos reales me convierto en una autoridad en mi tema. Sí, es cierto, la universidad da el conocimiento, pero los hechos dan ese poder legítimo de palabra y credibilidad que se traduce en autoridad. Una autoridad en su tema que no se guarda para sí el conocimiento y que prefiere compartirlo, se torna en un líder de opinión. Si un líder es veraz, congruente y contundente empieza a ser respetado y buscado. Entonces, es un hombre o una mujer con prestigio.
Un líder de opinión prestigioso por tanto tiene muchas puertas que se abren a su paso, deja de tener que buscar las oportunidades y empieza entonces a ser un estratega que tendrá que optar por las que mejor le convienen. Las fuentes de ingreso se multiplican, el acceso a cuentas o clientes Premium se hace mucho más sencillo. Incluso, el líder de opinión es llamado para dar cursos, conferencias, ponencias y cátedras. El ingreso que antes sólo llegaba en la empresa por ventas directas de productos o servicios o por proyectos pequeños y medianos hoy se complementa con grandes negociaciones, licitaciones ganadas, conferencias, capacitaciones y más.
Y de todo lo anterior la importancia del liderazgo de opinión. Llegar a líder de opinión puede requerir años de trabajo y ética. Complementariamente, obtener prestigio no es una labor, es un estilo y filosofía de vida. En esto está la congruencia. Toda una vida con un código de ética intachable, con un esfuerzo diario por la mejora continua da ese prestigio por el que los demás siempre conocerán al intachable líder de opinión. Un líder de opinión con prestigio será por ende líder – autoridad – mentor – exitoso. Y será necesario que como ya lo expresé, esté plasmado en la vida diaria, ya que la incongruencia lleva a la destrucción de lo que mucho trabajo costó lograr, y en tan solo un instante.
El prestigio, el carisma, la congruencia, la inteligencia emocional, el conocimiento, la ética, el respeto, la capacidad de liderazgo y la visión periférica hacen de un emprendedor una persona de éxito, en su vida diaria y en su negocio. Ya he platicado anteriormente de varios elementos que pueden definir el éxito de un negocio: un espíritu aventurero pero mesurado, la correcta definición del negocio, la adecuada planeación financiera y de flujo… Si agregamos todos los que en este párrafo mencioné, no sólo tendrá un nuevo emprendimiento gran éxito sino que a su vez replicará el perfil del dueño para convertirse en el líder indiscutible en su región e industria. Será una empresa que se considerará referente y que siempre navegará con viento a favor, una empresa con autoridad y prestigio.
*Fundador y director general de Alternativo Networks
Twitter: @cabazan