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Para preveer posibles desencuentros y conflictos de interés, el nombramiento del albacea en un testamento es una de las decisiones más importante porque será el encargado de hacer valer la voluntad de quien dictó un testamento esperando los mejores resultados.
En México, como en ningún otro país, la figura del albacea es muy importante porque aquí la ley no decide qué porcentaje del patrimonio se va a heredar sino que se respeta la voluntad de quien hereda sus bienes.
Si bien es cierto que es posible impugnar un testamento, en México, generalmente, los juzgados suelen no dar entrada a esa impugnación y seguir al pie de la letra lo dispuesto en un testamento cuya vigencia depende del último documento registrado ante un notario.
Así, en México sólo una de cada seis empresas familiares prolonga su operación más allá de la tercera generación de directivos, por lo que resulta indispensable planear quién asumirá su liderazgo con anticipación, considera un análisis del Área Académica de Factor Humano del IPADE.
Generalmente, los fundadores de este tipo de compañías no establecen un proyecto adecuado para heredar su puesto y tampoco se disponen a ceder el poder: 31% considera hacerlo entre los 60 y 65 años; 27% después de los 65 años; 15% no lo ha considerado, y 9% nunca dejaría de encabezar su organización.
Por ello, los directivos deben liderar el proceso de transición, para evitar sacrificar el negocio o la familia, pues se trata de conciliar ambas partes y proyectar el negocio hacia el futuro que bien podría quedar escrito y no a la deriva.