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Carlos Abedrop, el fundador del Banco del Atlántico, una de las instituciones de crédito nacionalizada en la década de los ochenta, murió a la edad de 90 años.
Economista de profesión, Abedrop Dávila nació en Monclova, Coahuila, y sus negocios a través del Grupo Omega se desarrollaron desde el sector bancario, en el asegurador, en el de la construcción hasta su accidentado paso por la industria de la aviación.
Abedrop, quien fue presidente de los banqueros en el momento en el que José López Portillo privatizó la banca, recibió el año pasado, en el marco de la 73 Convención Bancaria, un reconocimiento al mérito por parte de un gremio bancario dominado por el capital extranjero.
En abril de 2008 Abedrop Dávila dijo que solicitaría al presidente Felipe Calderón que repensara la política de Estado que regula y vigila la banca comercial en el país, con el propósito de que el capital mexicano retomara su influencia en el financiamiento bancario hacia la economía.
Cuando Abedrop Dávila hizo esa declaración se había confirmado que el Departamento del Tesoro controlaba ya las operaciones de Citibank y, por lo tanto, la de una de sus principales filiales en el extranjero, Banamex, lo que violaba las disposiciones de la Ley de Instituciones de Crédito y la de Agrupaciones Financieras.
Hace tres años, también en ese puerto, Abedrop Dávila pidió a la banca extranjera que abriera su capital a los empresarios mexicanos, lo que consideró un mecanismo útil para “democratizar” el capital de la banca. Él esquema, sugirió entonces, sería abrir el capital de bancos filiales de entidades extranjeros a inversionistas mexicanos a través de la Bolsa Mexicana de Valores.
En agosto de 2010, el rector de la UNAM, José Narro Robles entregó al empresario y egresado de esta casa de estudios, la medalla del reconocimiento Universidad Nacional de México, que esta casa de estudios acuñó en conmemoración de su centenario. Abedrop Dávila donó un edificio de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía.
Abedrop Dávila, presidente y fundador del Grupo Omega, fue durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari uno de los hombres de negocios más cercanos a la Presidencia de la República. En esa administración llegó a controlar junto con otros inversionistas la mayoría en el capital de la aerolínea Mexicana de Aviación, empresa que enfrentó severos pasivos ante incumplimientos de pagos con armadores de aviones europeos.
En una entrevista, Gerardo De Prevoisin confirmó la cercana relación que Abedrop mantenía con Carlos Salinas de Gortari, quien se refería a él como “Padrino”.
Fue, de hecho – dijo Prevoisin – Salinas de Gortari quien pidió al entonces Presidente de Aeroméxico que también se hiciera cargo de Mexicana de Aviación.
Junto con Guillermo Soberón fue uno de los 20 empresarios que contribuyó al patrimonio de la Fundación Mexicana para la Salud, de la cual fue presidente.