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Ante los temores de que una nueva recesión se desate en Estados Unidos el próximo año, miedo motivado por las altas tasas de desempleo, el aún deprimido mercado inmobiliario y las señales débiles de recuperación que muestra la Unión Americana, México tiene grandes retos: impulsar el consumo interno, orientar la vista hacia los países emergentes en cuanto a exportaciones se refiere y fortalecer su sistema educativo, pilar de todo crecimiento económico.
Diversos expertos fueron reunidos en el “Mexico Summit 2010: México en su Bicentenario. ¿Hacia el fin de la parálisis?”, evento organizado por The Economist, en el cual se abordó la posibilidad de que una nueva recesión económica se presente en 2011 y los caminos que México deberá tomar para no salir tan afectado.
“Uno de los aspectos más importantes es que los países que están concentrando sus exportaciones mayormente a los países desarrollados deberán cambiar el eje de vista y orientarse a los mercados emergentes, los cuales muestran señales de recuperación mucho más sólidas que los países ricos”, dijo Justine Thody, directora editorial para las Américas de The Economist, quien también sentencia –y reconfirma- que las potencias económicas sufrirán en mayor medida que los países subdesarrollados si es que esta nueva recesión llegara a suceder.
Y como las potencias económicas más ricas serían las más golpeadas por esta nueva recesión, entre ellas por supuesto Estados Unidos, es menester que México y las economías emergentes comiencen a concentrarse en impulsar el consumo interno y diversifiquen su mercado de exportaciones.
En una encuesta digital organizada por The Economist, el 54% de los asistentes al foro –entre ellos empresarios, consultores, economistas e investigadores- opinó que México debería reducir su dependencia a Estados Unidos en cuanto a exportaciones, mientras que el 46% votó porque las empresas mexicanas busquen expandirse y ganar terreno en el mercado estadounidense.
En cuanto a las relaciones comerciales que México debe priorizar, las regiones de China y Latinoamérica aparecieron como las que nuestro país debe atender con mayor prontitud, incluso por arriba de Estados Unidos y naciones de la eurozona.
“Las empresas multinacionales están volteando los ojos más a Asia Oriental que a Europa” ya que esta región ha sido una de las más afectadas por la crisis desatada en 2008, afirmó Markus Jaeger, director de Mercados Emergentes del Deutsche Bank Research. Los problemas que tiene la eurozona se agravarían si Estados Unidos entra, en efecto, en una segunda recesión, hecho que podría poner en peligro la existencia de la Unión Europea.
La relación entre México y los países emergentes
En esta carrera del crecimiento económico y de competencia, México está rodeado de “rivales” que bien podrían convertirse en aliados si existiera un proyecto de país y políticas para la cooperación económica.
China, la segunda economía más grande del mundo, se alza como un fantasma que intimida a México, pese a que este país americano tiene varias ventajas frente al gigante asiático, como la cercanía con Estados Unidos –lo cual reduce los costos de transportación de productos hacia el país norteamericano-, la revaluación del peso frente al yuan, el costo de la mano de obra más barata –porque últimamente se ha encarecido en China-, y los esfuerzos en pro del medio ambiente, ventajas que señaló Jaime Serra Puche, fundador de SAI Consultores y ex secretario de Finanzas de México.
Sin embargo, uno de los puntos positivos que China ha sabido manejar mejor que México es la satisfacción del consumo interno de sus más de mil millones de habitantes. “Aquí la palabra clave es el consumo interno, nacional; saber apuntalar el consumo de los miles de millones de personas que habitan el país asiático”, afirmó Jaeger.
Brasil es otro país que está apuntalando el consumo interno, dijeron Thody y David Beker, del área de investigación de Latinoamérica para Merrill Lynch. “La economía brasileña está impulsada de manera interna; por el contrario, México está impulsado por el consumo externo, es decir, su economía está muy concentrada en las exportaciones.”
Una de las mayores críticas que realizó Serra Puche fue la concentración que existe en diversos sectores productivos de México, como las telecomunicaciones: “Si no se permiten inversiones directas y extranjeras se impide el crecimiento. Entre más concentrados o monopólicos sean los sectores, menos crecimiento.”
En cuanto a las estrategias clave para que México supere las barreras de crecimiento, José Luis Prado, presidente de Gamesa-Quaker y presidente del Global Banking en América de PepsiCo, dijo que se debe agregar otra capa al proyecto de nación, como lo ha hecho Brasil, por ejemplo, ya que México ha estado atrapado en cuestiones de corto plazo, así como en la falta de análisis empresarial y de buenos estadistas.