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Un tema que es importante tratar y que en definitiva está relacionado con la ética y los valores de una sociedad es el Plan de Continuidad de Negocio (PCN) o Business Continuity Planning (BCP). Éste es un plan logístico de emergencia, una metodología que pretende buscar la reorganización, recuperación y restauración de las funciones de un negocio, el cual se ha visto afectado por una crisis o enfrentamiento fortuito. Es un plan ante un riesgo. Suárez y Suárez en su diccionario terminológico de Economía, Administración y Finanzas define riesgo como “la eventualidad o contingencia que puede causar pérdida”.
Larissa Guerrero Álvarez
De entrada se sabe que toda acción económica comporta riesgo. Un negocio es un riesgo en sí mismo porque está sujeto a afecciones en la operación de la cual se puede esperar pérdidas o daños. Pero no sólo los negocios son riesgosos, cualquier toma de decisión conlleva uno. Un banco, negocio o empresa de cualquier giro está, por decirlo de modo negativo, condenada a los imprevistos, ya sean desastres naturales, terrorismo o simplemente los riegos que genera el mismo movimiento del negocio por las decisiones de sus dirigentes, quienes a su vez están “condenados” a la libertad.
Ante una contingencia, cuando queda parcialmente o totalmente interrumpida la operación o actividad y se lleva un PCN, se sigue una serie de pasos. Cuando se trata de países organizados pueden seguirse “By the book”. Pero, ¿se toma en cuenta la necesidad de las personas? El negocio ante una situación caótica lo que hace es realizar un análisis del impacto, donde muestran la interrupción de las funciones que ponen en peligro a la empresa y en definitiva a su utilidad, pero no a las personas que trabajan en ésta, sino que más bien se instrumentalizan para que el PNC sea exitoso y el negocio siga en pie. Es cierto que importa seguir brindando servicio y productos para el beneficio de la sociedad, pero jamás a costa de ella.
Los estándares del PCN no garantizan el buen cumplimiento y comportamiento empresarial. Los PCN son ahora una actividad vital, esto es verdad. Sin embargo, también están plagados de una serie de pasos que son complejos, y se complica más si en la ecuación cabe la variable de la toma de decisiones éticas. No sólo es importante analizar el riesgo, sino que se requieren fundamentos sobre los cuales construir un buen PCN.
Lo importante es la sustentabilidad de una sociedad y para ello se requiere ser socialmente responsable (aun cuando se trate de un plan que se realice frente a un desastre). Toda crisis conlleva una crisis en el sistema financiero y genera presión al gobierno. Las crisis generan que los negocios reduzcan sus ingresos, así como la capacidad productiva. Por ello, para que un negocio tenga éxito debe de tener implementado un PNC a priori para lograr que vuelva a su desempeño normal y garantizar el bienestar social. Pero lo que requerimos además de un PCN es una responsabilidad social corporativa (RSC), debe existir un momento integrador entre la ética personal, la profesional y la corporativa que logre una cultura empresarial.
El pensamiento ético y los valores humanos deben dar la pauta para la solución operativa ante las crisis, no únicamente las normas o procedimientos. Las empresas no deben conformarse con pagar multas después de ahogado el niño, sino que la RSC al ser una alternativa anterior en la toma de decisiones, ha de buscar beneficios para toda la sociedad, quien también sufre los desastres. En este sentido, se requiere que los altos directivos que promueven los PCN sean personas comprometidas con la RSC. Las normas federales piden que se tomen las medidas necesarias para librar el desastre, de acuerdo, pero que tomen en cuenta que hay límites en estas medidas.
En países tan desorganizados como México y los latinoamericanos lo urgente no es tener un PCN que dote de procedimientos anti-crisis, sino que urge más construir una cultura de la ética empresarial. Hace falta la conciencia corporativa capaz de acometer las crisis con sentido moral, sin aprovecharse de la falta de orden legal y ético. Hay muchos riesgos a los que nos vamos a enfrentar, pero el primero ha de ser decidir generar una cultura de RSC que marque las pautas para las crisis y los PCN.
Entresacado
*Para construir un buen Plan de Continuidad de Negocio no sólo es importante analizar el riesgo, sino también basarse en principios de Responsabilidad Social Corporativa para lograr no sólo el bien de la empresa, sino también el de sus trabajadores.