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Julio Hernández Blanco / Prensa Latina
Beijing, China. Probablemente antes de lo que estaba previsto, la economía china superará a la de Japón por el volumen de su Producto Interno Bruto (PIB), para ubicarse en el segundo lugar mundial, después de Estados Unidos. Gracias a un alto ritmo de crecimiento, la economía del gigante asiático logró desplazar en 2008 a Alemania (tercer lugar en el mundo), al sobrepasar los 4.4 billones (4 mil 400 millones) de dólares.
Según las estadísticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía nipona contaba en 2008 con un volumen de 4.9 billones (4 mil 900 millones) de dólares, aunque existen variaciones en los datos calculados por el Banco Mundial (BM).
De acuerdo con este último organismo, China sobrepasó el año pasado los 3.4 billones (3 mil 400 millones) de dólares, en comparación con los 4.3 billones (4 mil 300 millones) de dólares de los japoneses.
Pero la crisis financiera global y el comportamiento ante ella de los principales actores económicos están haciendo variar rápidamente las perspectivas de estos indicadores.
En este caso, Japón sigue adentrándose en la recesión, en el peor resultado económico en décadas, lo que está llevando a una rápida disminución de su PIB, a pesar del extraordinario presupuesto aprobado para reavivar los negocios.
Simultáneamente, aunque su crecimiento cayó desde dos dígitos en los últimos años hasta un 9 por ciento anual en 2008, China está logrando capear la tormenta financiera global de manera excepcional.
El gobierno chino se trazó como meta para 2009 un 8 por ciento de crecimiento, algo que entidades como el FMI y el BM han considerado demasiado optimista en una atmósfera internacional de contracción de las inversiones y el comercio.
Pero tanto economistas y expertos oficiales como analistas extranjeros piensan ya, a la luz de los más recientes indicadores, que probablemente la meta será cumplida y que la recuperación se hará más evidente en el segundo semestre de este año.
Japón, por su parte, sufrió en el primer trimestre de este año una caída anualizada de su actividad económica del 15.2 por ciento, en una continuación de la tendencia del último trimestre de 2008, cuando la contracción fue del 14.4 por ciento.
La caída del consumo interno, que representa un 55 por ciento del PIB japonés, así como la reducción de las exportaciones se encuentran entre las principales causas de la situación. Ya el gobierno tiene previsto que la contracción para todo el año fiscal 2009 será del 3.3 por ciento.
También advierten los expertos que el camino hacia la recuperación será largo y accidentado, pues no se pronostica una rápida mejoría en el mercado del empleo, lo que a su vez seguirá incidiendo en una prologada depresión del gasto privado.
Así, mientras la actividad económica japonesa baja, la de China sigue en ascenso y no sería extraño que cuando todas las grandes economías del mundo están en recesión, la del gigante asiático crezca en un 17 por ciento durante 2009 y 2010.
El otro factor en juego es la apreciación de la moneda china, fenómeno que se ha acentuado desde julio de 2005, cuando las autoridades flexibilizaron el sistema de formación de la cotización del yuan, de manera tal que oscilara diariamente dentro de un margen. Como el resultado del PIB se establece en yuanes, su mayor valor arroja una equivalencia incrementada en la divisa estadunidense.
Por ello, los estudiosos han comenzado a pronosticar que es probable que para el año próximo China pueda desplazar del segundo puesto mundial a la hasta ahora todopoderosa potencia japonesa.
Esta perspectiva fue analizada recientemente en Tokio en una conferencia organizada por la Yomiuri Internacional Economic Society a la luz de los últimos datos.
Un conferencista del Instituto Nomura para las investigaciones de los mercados de capital dijo que si la tendencia actual continúa, la producción y venta de vehículos de China sobrepasará este año los 10 millones de unidades.
Esto convertiría a la nación asiática en el mayor mercado de automóviles del mundo.
En opinión de la conferencia, China puede incluso poner en práctica otro paquete de estímulos similar al de 586 mil millones de dólares anunciado en noviembre pasado, en caso de que el primero no fuera suficiente.
De esta manera, si no hay otros contratiempos generados por la crisis financiera, la economía china podría salir aún más fortalecida de esta época de dificultades para ubicarse en una mejor posición en el escenario internacional.