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Pemex reconoce ante el IFAI haber interpretado los términos legales del recién extinto esquema de financiamiento Pidiregas para favorecer a empresas privadas y entidades financieras. La deuda pública, que supera los 2 billones de pesos, fue contratada por cinco vehículos financieros “privados”, constituidos en paraísos fiscales.
Petróleos Mexicanos (Pemex) reconoce haber beneficiado a empresas privadas y a entidades bancarias con el esquema de financiamiento de los proyectos de infraestructura con impacto diferido en el registro del gasto (Pidiregas), cuya deuda pública contratada en los mercados de capital del país y del extranjero asciende a 2 billones 177 mil 209 millones 836 mil pesos.
La cifra incluye los financiamientos privados, por 1 billón 752 mil 119 millones 310 mil pesos, y el costo financiero estimado al año 2030, por 425 mil 90 millones 525 mil pesos, indica la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su Informe de resultados de la revisión y fiscalización de la cuenta pública 2006. El órgano fiscalizador acusa que Pemex no revela la deuda real que mantiene por este concepto.
Este esquema de endeudamiento data del sexenio de Ernesto Zedillo, cuando, en diciembre de 1995, el Congreso reformó las leyes de Deuda Pública y de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal. Aunque los Pidiregas buscaban resolver la supuesta incapacidad financiera de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en una década colapsaron las finanzas de la empresa petrolera, denuncia la ASF.
De acuerdo con el máximo órgano de fiscalización, de los 38 proyectos Pidiregas de Pemex, sólo cuatro (Burgos, Cantarell, Madero, planta criogénica II y complejo Antonio J. Bermudez) generaron 71 por ciento del costo financiero del organismo.
Los primeros proyectos que se financiaron de esta manera, en 1997, fueron precisamente Burgos y Cantarell, a cargo de Pemex Exploración y Producción; además de Cadereyta, de Pemex Refinación. El primero dejó en manos del sector privado “un plan agresivo de exploración orientado a incrementar las reservas de gas, mediante la perforación de 196 prospectos (2003-2007)”, que costó 227 mil 630 millones de pesos.
El segundo tuvo por objetivo “incorporar reservas adicionales de hidrocarburos, incrementar la producción de petróleo crudo, pesado y gas natural, así como aprovechar integralmente el gas natural producido y aumentar la confiabilidad y eficiencia operativa de las instalaciones”. La deuda generada ascendió a 349 mil 859 millones de pesos.
El proyecto de Cadereyta, que involucró créditos por 19 mil 616 millones de pesos, buscaba “contar con una refinería moderna y eficiente, que incremente la capacidad de procesamiento de crudo pesado… (y) abastecer de manera oportuna y eficiente la demanda de petrolíferos de alto valor, como gasolinas, diésel y turbosina”, indica la respuesta a la solicitud de información 1857200009205.
Felipe Ocampo Torrea dice que “los Pidiregas son una trampa que inventó Zedillo para decir que no es deuda pública la que sí es”. El ingeniero jubilado de Pemex explica que, antes de este esquema, “cuando Pemex iba a hacer una inversión grande contrataba un financiamiento –como lo hacen todas las compañías petroleras del mundo– que se registraba como deuda pública. Con los Pidiregas, cada vez que la paraestatal va a hacer una obra no pide el crédito, sino que es el contratista quien solicita los financiamientos y Pemex firma documentos como aval”.
La estrategia de la intermediación, detalla Ocampo Torrea, permitió al gobierno decir que estos créditos no son deuda pública. El contratista no sólo gana dinero como intermediario –explica el ingeniero–, sino que se lleva todo el proyecto: “Antes, Pemex conseguía el crédito y compraba el equipo, ahora lo compra el intermediario y se lo revende a Pemex. Al intermediario le importa muy poco la industria nacional, los proveedores nacionales, por eso compra ese equipo en su país, con las empresas con las que está relacionado”.
Beneficiarios del esquema
Al responder el recurso de revisión 2512/08, interpuesto por Fortuna ante el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), la paraestatal admite haber interpretado el Reglamento de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria a favor de los contratistas que ejecutan los multimillonarios proyectos Pidiregas.
En su alegato, Pemex explica que el artículo 200 de dicho Reglamento establece el esquema de financiamiento: “(…) Las entidades sólo podrán realizar pagos una vez que reciban el bien, materia del contrato, y éste se encuentre en condiciones de generar los ingresos que permitan cumplir con las obligaciones pactadas y los gastos asociados (…)”.
Agrega: “Ello significa que los contratistas ganadores de las licitaciones deben financiar los proyectos con recursos propios o bien conseguir financiamientos para apoyar su ejecución”. No obstante, admite haber asumido la titularidad de las deudas, supuestamente por su solvencia financiera.
“El alto valor de los volúmenes de inversión y los riesgos asociados a los Pidiregas se traducen en que, de financiarse dichos proyectos por las empresas privadas, los costos financieros se elevarían significativamente, toda vez que la capacidad financiera de Pemex para contratar financiamientos es muy superior a la que pudieran tener los contratistas”, explica al IFAI.
Derivado de estas condiciones, argumenta la paraestatal, se determinó instrumentar esquemas que permitieran financiar estos proyectos “bajo las mismas condiciones a las que tendría acceso Petróleos Mexicanos y cumpliendo al mismo tiempo con la normatividad presupuestal”.
Además de conseguir y solventar los financiamientos, la ASF ha documentado pagos en exceso en los proyectos Pidiregas. Al revisar la cuenta pública 2006, la Auditoría encontró casos que superaron el monto original del contrato, hasta en 450 por ciento: el arrendamiento del buquetanque de producción y almacenamiento El Señor de los Mares registró pagos en exceso por 9.7 mil millones de pesos a favor de la trasnacional Bergesen Worldwide (Fortuna 68).
Beneficios a la banca
Durante el análisis hecho por el IFAI –acerca de la solicitud de información que versa sobre el origen y destino de los recursos obtenidos por el fideicomiso F/163, para financiar proyectos Pidiregas–, la paraestatal explicó a Juan Pablo Guerrero, comisionado del Instituto, que “el vehículo financia proyectos y lo hace a través de certificados bursátiles y créditos bancarios, principalmente”.
En su más reciente reporte financiero, emitido para la Bolsa Mexicana de Valores, Pemex reconoce créditos bancarios por 52 mil 79 millones 431 mil pesos. Este monto equivale al 4 por ciento del pasivo total revelado, por 1 billón 193 mil 208 millones 184 mil pesos.
Además, al tercer trimestre de 2008 revela una deuda de 31 mil 691 millones 476 mil pesos, que corresponde a créditos bursátiles. Esta cifra representa el 3 por ciento del pasivo total.
Sin detallar el monto exacto de cada uno, el informe enlista 149 créditos vigentes con 29 instituciones bancarias y sus filiales. Sólo una de éstas (Nacional Financiera) es mexicana. También reconoce cinco adeudos con empresas privadas y tres más con sus vehículos financieros.
HSBC (The HongKong and Shanghai Banking Corporation) es la institución que ha otorgado más créditos a la paraestatal, al sumar 31; le siguen: Deutsche Bank, 25; ABN Amro Bank, 14; JP Morgan, nueve; Scotiabank, ocho; BBVA, seis; BNP Paribas, seis, entre otros.
La tasa de interés más alta, de 11 por ciento, es de un crédito signado entre la paraestatal y JP Morgan el 28 de octubre de 2004, con fecha de vencimiento del 5 de noviembre de 2012. De acuerdo con el desglose de vencimientos y amortizaciones, en 2011 los compromisos ascenderán a 1 mil millones de pesos; en 2012, a 2 mil millones; en 2013, a 1 mil millones de pesos.
La tasa de interés más baja es de 0.88 por ciento y corresponde a un crédito con BBVA, contratado el 28 de mayo de 2008 y con fecha de vencimiento del 2 de junio de 2014. El desglose de vencimientos y amortizaciones señala obligaciones para 2011 por 2 mil 167 millones 278 mil pesos; cifra que se mantiene para 2013.
El diputado perredista Ramón Pacheco asegura que 25 por ciento de lo que actualmente se adeuda por Pidiregas, tanto de Pemex como de la CFE, corresponde a intereses. Dice que 96 por ciento de los pasivos han sido generados por la petrolera y sus subsidiarias, y sólo 4 por ciento por la Comisión Federal Electricidad.
Al referirse al pasivo, que ya supera los 2 billones de pesos, explica que los Pidiregas empezaron siendo una forma adicional para financiar proyectos, pero con el paso de los años se abusó en su utilización. Mientras que en 1997 representaron apenas el 14.3 por ciento de la inversión total, en 2007 ascendieron al 99 por ciento.
De acuerdo con la información oficial de Pemex, en 2008, el 86.6 por ciento de la inversión total –por 19 mil 400 millones de dólares– que ejecutará la paraestatal y sus subsidiarias es deuda Pidiregas: 16 mil 800 millones de dólares. El resto, 2 mil 600 millones, corresponde a inversión directa.
El esquema de los Pidiregas se cancela a partir de 2009, dice el legislador. “Nunca se comprobó que los proyectos son rentables. Y si preguntamos quién va a pagar esa deuda, pues Pemex”.
Fortuna solicitó entrevista con Pemex, a través de Gabriela Gallegos, vocera de la paraestatal. Sin embargo, al cierre de edición no hubo respuesta.