Bush acecha las reservas petroleras

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Acorralado por los altos precios del petróleo, George Bush impulsa la explotación del crudo en las costas estadunidenses y en “alta mar”. Según analistas, el presidente de ese país busca bajar los precios del energético, pero no descartan una controversia entre Estados Unidos y la Convención de las Naciones Unidas sobre derecho del mar.

 

El 31 de enero de 2006, en un mensaje a la nación estadunidense, George W. Bush declaró que para que su país siguiera siendo competitivo requería energía de bajo costo, pues “Estados Unidos es adicto al petróleo”. Dos años después, cuando el precio del galón (3.78 litros) supera los cuatro dólares contra tres que costaba hace un año, el mandatario sacudió la estructura del mercado mundial de hidrocarburos con otro anuncio: el fin de su veto a la moratoria para explorar petróleo en su plataforma continental.

Eusebio Salgado, doctor en derecho marítimo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), precisa que la pretensión de explorar petróleo en “alta mar” –término usado por las agencias de prensa– va “contra la convención de Montego Bay, que establece los límites del mar territorial, de la zona económica exclusiva (ZEE), plataforma continental y de la alta mar”. El académico señala que, en este caso, “el señor Bush no puede hacer eso, porque va contra toda la comunidad internacional”.

Explica que los Estados tienen derecho a investigar, explotar y explorar el fondo del mar en su ZEE, su mar territorial y su plataforma continental, pero “más allá de eso no se puede hacer, porque se estableció que el fondo del mar, en la alta mar, es un privilegio para toda la humanidad”.

Salgado –quien actualmente escribe un libro sobre derecho marítimo, en cuyo capítulo IV desarrolla un análisis sobre las normas de la alta mar y la territorialidad de la ZEE– dice que, con su anuncio, el mandatario estadunidense va contra la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, de la que Estados Unidos no es parte. Advierte que en alta mar no se puede hacer exploración petrolera: “Está el convenio claramente expresado: nadie se puede apropiar de los fondos oceánicos, porque son patrimonio de la comunidad humana”.

Sin embargo, dicha convención carece de una medida coercitiva para impedir que Estados Unidos explore en alta mar. “No, no la vemos; a ver quién se atreve a decirles que no lo hagan”, dice Salgado.

Agrega que el Congreso mexicano debería alertar a la sociedad del peligro que existe ante el anuncio del mandatario estadunidense, pues las exploraciones prospectivas se “hacen a través de convenios intergubernamentales y acuerdan cuáles son las condiciones para hacer la explotación del fondo del mar, en alta mar, con la empresa que se encarga de la explotación del fondo marino”.

Define el experto que la alta mar es la zona situada más allá de la ZEE y de la plataforma continental, “donde el mar es libre para gozar de las libertades que concede el derecho del mar, como son: libertad de investigación, de sobrevuelo, de navegación, de tendido de tuberías y cables submarinos”.

La zona económica exclusiva comprende 200 millas para cada país ribereño, donde las primeras 12 millas corresponden al mar territorial y las 188 restantes ya son su zona económica exclusiva, donde el Estado tiene derecho a la riqueza del suelo, subsuelo y aguas suprayacentes, aunque la navegación encima de la superficie es libre.

Si la intención del presidente Bush es explorar dentro de su territorio, de su ZEE y su plataforma continental “no habrá problemas, surgirán cuando se vaya más allá de eso en la alta mar”, concluye.

El comienzo

De acuerdo con el Plan Nacional de Energía estadunidense, en 2001 ese país recibía “53 por ciento de sus recursos energéticos del extranjero, y para 2020 se preveía que esta cifra se elevaría al 65 por ciento”. Eso es lo que está detrás del anuncio para eliminar la moratoria sobre la exploración petrolera en el mar patrimonial de Estados Unidos, explica el maestro Fabio Barbosa.

El investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM agrega que el costo de 150 dólares por barril también es fundamental en la actual coyuntura. “Ellos impulsan la elevación de la producción en todos los países, en primerísimo lugar en México, y también sobre sus propias áreas, aunque ahí muy hipócritamente las cosas marchan muy lento. En cambio en México, las actividades en aguas profundas están muy avanzadas y ya se creó el primer activo para la explotación de aguas profundas. Así lo anunció Jesús Reyes Heroles –director general de Petróleos Mexicanos (Pemex)– en la reunión de la Offshore Technology Conference”.

Se trata de la ponencia que Reyes Heroles presentó en Houston el 6 de mayo de 2008, titulada “Pemex: situación y prospectos en un ambiente cambiante”, en la que explicó a sus anfitriones estadunidenses el sentido de las iniciativas estratégicas y proyectos de inversión principales contenidos en la llamada reforma energética que promueve el gobierno mexicano.

Para Barbosa Cano, las naciones tienen derecho a disponer de los recursos en el subsuelo ubicados en las aguas patrimoniales, pero no son propietarias de las riquezas de esas aguas.

Insiste que México “tiene derecho en el mar, al igual que Estados Unidos, en sus 200 millas en el Pacífico y en el Golfo de México”. Recuerda que hace ya varias décadas, las petroleras de aquel país exploraron frente a sus costas de California pero las suspendieron luego de la moratoria que confirmó el padre del actual presidente de Estados Unidos en 1990.

“Ahora tienen una zona pequeñita en California porque los ambientalistas presionaron para que se decretara la protección de sus playas en una moratoria, tras el derrame en Santa Bárbara; también excavaron en el Golfo de México en la zona de Virginia, pero todo lo demás es virgen, porque en Alaska está el Refugio para la Vida Salvaje”, refiere Barbosa. Apunta que la moratoria contra la exploración se declaró tempranamente en La Florida y William Clinton la apuntaló.

El experto en reservas petroleras examina el trasfondo del anuncio del presidente Bush. “Ocurre que toda la zona marítima patrimonial de Estados Unidos está virgen, no la han explotado y por esa razón es la presión sobre México”.

Barbosa se anticipó a la actualidad con una frase de su libro El petróleo en los hoyos de dona y otras áreas desconocidas del Golfo de México: “En las aguas profundas, the game is just begining”.

El también historiador agrega que, tan pronto George Walker Bush llegó a la presidencia de Estados Unidos, la petrocracia texana –como el geopolitólogo Miguel García Reyes denomina a los grupos de poder político de Washington ligados con intereses de la industria petrolera de Texas– empezó a tomar medidas para avanzar en las exploraciones.

“Con eso comenzó una lucha feroz para levantar la moratoria en el área de refugio en Alaska y en el Atlántico, pero especialmente les interesa el Golfo de México, adonde la petrocracia texana dividió al Golfo en 30 mil bloques: quieren el Atlántico e inician negociaciones para esta parte del mar. Fue entonces cuando algunos gobernadores y senadores estadunidenses, de las zonas costeras del Golfo, forzaron a sus gobiernos permitir a sus Congresos el levantamiento parcial de la moratoria en el Atlántico, en la zona de Virginia”, detalla.

Sin embargo, Barbosa Cano puntualiza que en alta mar o en aguas internacionales “no hay ningún campo petrolero, en ningún país del mundo, lo que hay es exploración en aguas patrimoniales y territoriales de Estados Unidos. Incluso el diario The New York Times, para presionar al levantamiento de la moratoria, publicó la evaluación oficial acerca de los recursos que se esperan en el Atlántico y en la parte estadunidense en el Golfo”.

La disputa que libran los empresarios turísticos y las trasnacionales petroleras tiene que ver con que al levantar esa moratoria de los litorales de La Florida se afectarían las divisas por turismo que reciben los estados; además de que hay riesgos potenciales contra el medio ambiente, señala.

Apoyo electoral

Para Alfredo Jalife, la declaración de George Bush obedece a dos razones: una, como medida electorera en apoyo John McCain, candidato a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano, y dos, por el comienzo de negociaciones públicas con Irán.

Este anuncio bajó el precio mundial del petróleo de manera efímera, a sabiendas que en 22 o 25 años se podrá explorar crudo en aguas profundas. El geopolitólogo, autor de Los cinco precios del petróleo (2007), explica que para entonces “ya habría más petróleo en el mercado y eso presiona el precio”.

Influye en este caso el diálogo abierto con Irán, que también presiona sobre el precio del petróleo. No existe el peligro inmediato de una guerra que lleve al cierre del estrecho de Ormuz y que provoque que el precio del crudo suba de 300 a 400 dólares por barril. Las conversaciones con Teherán y el anuncio de Bush sobre el fin de la moratoria ocurrieron en la misma semana, subraya Jalife, y su sentido es garantizar el acceso al crudo mundial.

El analista considera que, “a partir del inicio de la exploración y hasta la extracción, si es exitosa, transcurren entre 20 y 25 años: el anuncio de Bush son patadas de ahogado”. Además, sostiene que debe observarse cómo la situación energética global presiona en estos momentos a Estados Unidos, país totalmente dependiente de esta fuente de energía.

Por otra parte, el fin de la moratoria es indicador de que las trasnacionales anglosajonas petroleras ya no detentan las reservas de este recurso, sino que el 95 por ciento de ellas están en manos de los estados nacionales, con lo que confirma un nuevo orden geoenergético mundial.

La tentativa del presidente estadunidense enfrenta otro problema, advierte Alfredo Jalife: “Aun si quisieran empezar ya: en estos momentos hay un embotellamiento, pues las plataformas, las perforadoras y los navíos sonda para aguas profundas están totalmente comisionados. Es decir que, en buena medida, si tienen suerte iniciaría la exploración en un mínimo de cinco años, como ya lo citó un reportaje de The New York Times”.

Dichos cinco años, adicionados a los 20 o 25 que toma la exploración, revelan un periodo de cuando menos 30 años para ver resultados, señala el especialista en temas internacionales.

“La presión de las trasnacionales estadunidenses por abrir la exploración en la plataforma continental es aplicable a México. Estados Unidos nos presiona indirectamente porque con la posición entreguista de Calderón en asociación con las trasnacionales gallegas y texanas, lo que hacen es regalarle sus acciones que ahora se van a las nubes en la bolsa, a Repsol y Exxon Mobil y Chevron Texaco. Ése es el jueguito de las aguas profundas”, señala Jalife.

“¿Cuál es la prisa?”, pregunta el geopolitólogo. “La única prisa es entregarle esos activos a las trasnacionales gallegas y texanas a expensas de México”.

En su opinión, “el verdadero gerente de Repsol en México y sus verdaderos representantes son Felipe Calderón y Juan Camilo Mouriño. Ya sabemos que Reyes Heroles, y lo digo con mucha responsabilidad, fue el cabildero de las trasnacionales petroleras texanas. También sabemos que Georgina Kessel es la representante del Consejo Coordinador Empresarial, al grado de que el famoso diagnóstico sobre el petróleo se lo llevó a ellos antes que a todos los sectores del país, incluso que al Congreso y al mismo gabinete. Eso ya lo sabemos, lo que hay preguntarnos entonces es ¿quién representa a México?”

Jalife Rahme dice que no se debe olvidar que Bush y su familia son petroleros, el vicepresidente estadunidense Richard Cheney también lo es –fue alto funcionario de Halliburton– y la misma Condoleezza Rice, la secretaria de Estado, perteneció al Consejo de Administración de la petrolera Chevron, “al grado que un barco de ellos se llama Condi Rice”.

Agrega que estos ocho años fueron del domino petrolero y como nunca en su historia esos petroleros obtuvieron las mayores ganancias: “Creo que con McCain, en la presidencia de aquel país, habría un mínimo cambio porque ya no tienen reservas, (por tanto) harían más guerras para llevarse el petróleo”.

De conseguir la presidencia de Estados Unidos, dice que la política energética de dicho candidato respecto a México sería muy sencilla, porque ni siquiera hay que invadirlo: “Calderón y los aliados priistas lo entregan solos”.