¿Pan caliente o empaquetado?

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¿Bolillos o Pan Bimbo?

¿Pan caliente o empaquetado?

Los desmedidos incrementos de precios en los insumos de la industria panificadora podrían ser metafóricamente un catalizador en la teoría darwiniana en la industria formal de la panificación en México la cual genera ventas anuales del orden de los 9,700 millones de dólares, de los cuales una buena parte (78%) está pulverizada en las más de 26,000 panaderías tradicionales como aquellas que se ubican en nuestras colonias. Por citar un ejemplo de la Ciudad de México es La Esperanza.


El golpe más fuerte a la mayoría de los miembros de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa) en 2009 fue el explosivo crecimiento en el precio de la azúcar, que según comentan fue de 800%, con todo y los cupos de importación que autorizó la Secretaría de Economía. Esto sin considerar alzas de precios en harina y grasas.

Derivado de los grandes contratos de compra de Grupo Industrial Bimbo, el incremento de precios no tuvo el mismo impacto que los afiliados de la Canainpa. Incluso el “osito Bimbo” en 2009 habría ganado un punto porcentual de mercado para llegar a 22%. Un punto de participación de mercado significa poco menos de 100 millones de dólares.

En aras de mantener los márgenes de utilidad, algunos miembros de la Canainpa están viendo, por decir algo, copiar el modelo de negocios que iniciaron en 2004 Soriana, Gigante y Comercial Mexicana para tratar de competir con el líder de la industria de supermercados en México: Wal-Mart. Las tres cadenas formaron la central de compras “Sinergia de Autoservicios” para obtener menores precios.

Bueno, algunos panaderos del sector tradicional están evaluando sus centrales de compra y no sólo para obtener menores precios por volumen, sino incluso para la importación de por ejemplo harina de trigo.

Las medidas que tomen los panaderos (moderno o tradicional) son de importancia, ya que se debe recordar que los productos panificables representan el 5% de la canasta de alimentos de los mexicanos, donde la tortilla tiene el mayor peso (5.6% del total) y el pan dulce contribuye con el 2.3%.

Si bien, cualquier incremento de precios impacta en el bolsillo de los consumidores, para el caso particular del tema de la industria de la panificación se puede decir que el mayor impacto lo tiene la población de menores ingresos (decil I) ya que estos destinan casi la mitad (47.9%) de su ingreso monetario en alimentos y bebidas para consumo en casa, mientras que la población de mayores ingresos (decil X) destina el 14.9%. Respecto al pan (tradicional e industrializado, tipo Bimbo), así como pastas alimenticias, arroz y avena, todos estos englobados en el rubro cereales, el decil I destina el 13.5% de su ingreso, mientras que el decil X el 6.5%.

Aunque otro problema que están enfrentando la panadería tradicional es el comercio informal, sí, panaderías caseras que sin el pago de impuestos y ninguna prestación social a sus empleados, están abaratando el precio de venta, lo que también preciosa la supervivencia de algunos panaderos del sector formal.

Actualmente, la Canainpa tiene 26,500 afiliados, aunque comenta que el año pasado (2009) habrían cerrado unas 1,100 panaderías y en 2008 habrían cerrado otras 1,000. Según la cámara, las ventas del sector informal serían equivalentes al 25% de los formales, cinco puntos porcentuales más que 2008.

Respecto al pan industrializado, el rubro más importante es el llamado pan dulce con una tercera parte (alrededor de 850 millones de dólares al año), seguido del llamado pan de caja (más de 500 millones de dólares al año) y en la tercera posición están los pastelillos recubiertos tipo Gansito Marinela o Choco Roles de Bimbo (con unos 330 millones de dólares). Esos tres grandes rubros generan ventas anuales de alrededor de 1,700 millones de dólares.