Salud Digna abrirá también clínicas para ofrecer servicios médicos de bajo costo

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Claudia Villegas

Desde hace más de una década, Salud Digna ha contribuido a que bajen los precios en el mercado de los diagnósticos clínicos a nivel nacional. Aún más, en medio del pico más severo de la pandemia por COVID-19, Salud Digna redujo hasta en un 70 por ciento el costo de las pruebas PCR y de antígenos.

En Salud Digna, sus médicos y técnicos especializados en diagnósticos clínicos realizan todos los días miles de electrocardiogramas y otras pruebas a un costo mínimo cuando el sector salud no cuenta con esas pruebas en muchos de sus hospitales. Cuenta con los robots de análisis clínicos más sofisticados para garantizar que ninguna muestra sea alterada y que el resultado sea correcto, aseguran sus directivos y fundadores entrevistados en la clínica fundacional de esta cadena de laboratorios. Así lo publica en su más reciente edición impresa, la revista Fortuna, Negocios y Finanzas bajo el título “El Secreto de Salud Digna”.

En un amplio reportaje sobre el modelo de negocios de Salud Digna, se revela que este grupo busca llevar este modelo de diagnóstico clínico a poblaciones cada vez más pequeñas. “Estamos desarrollando modelos para mucha gente, porque es el volumen, es la escala, pero qué porcentaje de la población de la Ciudad de México habita en lugares que no son grandes ciudades, muchas personas”, dijo en entrevista el director general de Salud Digna, Juan Carlos Ordoñez.

El directivo aseguró también que Salud Digna busca un modelo de clínicas más pequeñas con la misma tecnología para atender a distancia hasta en las rancherías más pequeñas. Esta meta se estableció hace más de dos años en una reunión del Consejo que asesora esta empresa y el desafío es cómo lograr que sean sustentable como sucede con la primera clínica que opera bajo este formato en Vista Hermosa, Michoacán, muy cerca de una de las plantas de SuKarne, la empresa de cárnicos del grupo VIZ, fundada por Jesús Vizcarra, creado del concepto de Salud Digna.

Atender al mercado olvidado del diagnóstico clínico

Durante la pandemia, las pruebas de microbiología para detectar Covid-19 llegaron a costar hasta 3,000 pesos. Este tipo de pruebas representan menos del 0.2 % de las pruebas de laboratorio, por ello la Pandemia sorprendió a muchos países sin los equipos adecuados, sin los insumos suficientes, lo que encareció los precios. Estados Unidos, por ejemplo, aplicó leyes vinculadas con la seguridad nacional para garantizar que sus laboratorios tuvieron antes que nadie todo lo necesario para enfrentar la emergencia.

Salud Digna bajó el precio de las pruebas PCR a 1,300 pesos – prácticamente al costo – gracias a que buscó proveedores en todo el mundo. El área de finanzas de Salud Digna, cuyos inicios fueron los de una Institución de Asistencia Privada (IAP), propuso un costo de 1,600 pesos para las pruebas PCR, con lo que se obtendría un pequeño margen. La orden de Vizcarra fue ofrecerlas al costo porque esta situación de especulación sería temporal.  Era la única manera de mitigar la pandemia. Mientras tanto, muchos jugadores en el mercado siguieron ofreciendo las pruebas entre 2,500 y 3,000 pesos.

Uno de sus laboratorios aliado de Salud Digna, Becton Dickinson – líder en el mercado de dispositivos médicos – orientó a los ejecutivos de Salud Digna sobre la operación en Estados Unidos de los centros de distribución de insumos estratégicos que, en el momento más complicado de la pandemia, estaban custodiados por la guardia nacional. Lo mismo sucedió en China, en donde las ventas de productos como hisopos estuvieron condicionadas a complejos trámites para la exportación. En ese momento, para acelerar la venta de equipos, Salud Digna buscó aliados, desde ex embajadores en ese país, como Sergio Ley, hasta empresarios de Culiacán, que estuvieran familiarizados

¿Cuál es el secreto de Salud Digna?

En 2012, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) autorizó un crédito por 130 millones de pesos para financiar la expansión a cinco años de servicios de diagnósticos médico, con lo que se beneficiaría anualmente a 2.5 millones de pacientes de bajos ingresos.

Con este financiamiento, anunció el BID en un comunicado, se financiaría la apertura de 38 clínicas de diagnóstico y que estaría operando por completo al cierre de 2017. Para el BID, el financiamiento para Salud Digna se justificaba en el envejecimiento de la población y al aumento del índice de enfermedades crónica, lo cual potenciaba la demanda de servicios de diagnóstico que el sector público simplemente no podía satisfacer.

Cuando el BID analizó la autorización de un crédito para Salud Digna en 2017, ya había tomado en cuenta, que las enfermedades no contagiosas representaban ya el 80 por ciento del total de muertes, juntos con las afecciones cardiacas, la diabetes y el cáncer que ya representaban más del 43% del total de muertes.

Sin embargo, el 84% de los mexicanos menores de 65 años con diabetes siguen sin tener un diagnóstico. Mientras que sólo entre un 5 y 10% de todos los casos de cáncer de mama en México – la principal causa de muerte entre las mujeres – se detectan en etapas iniciales. Sin embargo, ese crédito no se concretó, a pesar de que ya estaba autorizado. Salud Digna siguió con sus propios recursos y apostó por convertirse en el principal proveedor de diagnósticos clínicos para la población de menores recursos. A cinco años de haber rechazado el financiamiento del BID, Salud Digna cuenta con más de 165 clínicas en todo el país y una más en Nicaragua.




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